Hace unos meses conocíamos la noticia de la detención del actor Luis Lorenzo y su mujer, Arancha Palomino por el presunto asesinato de la tía de esta última por un supuesto envenenamiento a base de metales pesados, concretamente cadmio y manganeso. La anciana moría el año pasado en Rivas-Vaciamadrid, hogar que compartía su sobrina con el intérprete, aunque nunca estuvo tan mal como aquí. Y es que, según se ha podido saber durante todo este tiempo, ambos falsificaron su pronóstico para hacer creer al médico que la tía Isabel tenía demencia y así conseguir que le recetaran unos determinados medicamentos. ¿Todo esto para qué? Para quedarse con su herencia al morir.

Tras una primera inspección, las autoridades lograron coger diferentes muestras, pero sin ningún resultado. Ha sido esta semana cuando la investigación ha dado un giro de 180 grados ya que, tal y como explicaba Nacho Abad a Alberto Herrera en 'Herrera en COPE', los encargados del caso han hallado cadmio y manganeso en varios botes de tinte para zapatos, encontrándose en uno de ellos hasta 1,213 gramos de este último. El periodista y criminólogo apuntaba también la cantidad que habría ingerido la mujer en sus últimos días de vida: 200 veces más de lo que una persona se puede permitir, razón por la que "no se pudo encontrar en el cerebro" porque se quedó en la sangre.

Sus últimas declaraciones

Y es que este último hallazgo pone contra las cuerdas al actor de 'La que se avecina' y su mujer. Aunque este, antes que meterse en jaleos ha continuado de la misma manera en la que empezó todo, sin decir nada con un rotundo "es absolutamente falso. No entraré absolutamente nada". Además, sentenciaba su corta intervención aludiendo al informe de criminalística donde, según él, pone que "no se ha encontrado absolutamente nada".

Una cuidadora de la tía política de Luis Lorenzo pasa de ser testigo a investigada

Pero ellos no parecen ser los únicos impicados en este asunto. Hace un mes, COPE tenía acceso al auto que señalaba, ya en calidad de investigada, a la que fuese la cuidadora de Isabel quien, en un principio, se posicionaba como testigo. En el mismo "se observa posible implicación de aquella en los hechos, por lo que procede citarla nuevamente en calidad de investigada para recibirla en declaración".

Todo esto surge a raíz de las declaraciones del administrador de la empresa que la tenía contratada, quien acudía como testigo para desmontar la versión de Arancha. Este llegó a reconocer ante la jueza de Arganda del Rey la desatención que habría sufrido Isabel, ya que ni siquiera contaba con los elementos básicos para el aseo diario, veasé un cepillo de dientes.