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¿Qué pasa con Pfizer y Moderna? Así son las vacunas menos mediáticas

A diferencia de lo que ocurre con AstraZeneca y Janssen, los sueros de Pfizer y Moderna se están administrando con total normalidad

¿Qué pasa con Pfizer y Moderna? Así son las vacunas menos mediáticas

Varias dosis de la vacuna Pfizer contra la covid-19. EFE/ Bienvenido VelascoBienvenido Velasco

Patricia Blázquez Serna
TwitterRedactor de COPE

Madrid

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 19:00

El retraso de entrega en las vacunas de Janssen a la Unión Europea y la reticencia de muchos ciudadanos a la inoculación con AstraZeneca podrían poner en jaque la ansiada inmunidad colectiva. En este sentido, las dosis que ganan protagonismo son las de Pfizer y Moderna. En nuestro país ya son más de tres millones de personas con la pauta completa, el 6,6 por ciento de la población, y se han recibido más de trece millones y medio de dosis, en su mayoría precisamente de Pfizer y Moderna, que actualmente se están inoculado a las personas de más edad y a los grupos de riesgo.

No obstante, y lejos de lo que muchos puedan pensar, tampoco las vacunas de Moderna y Pfizer se libran de producir efectos secundarios, aunque sí es cierto que no son especialmente graves y muchos de ellos son muy raros.

¿Qué pasa con Pfizer y Moderna? Así son las vacunas menos mediáticas

EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON/ArchivoCHRISTOPHE PETIT TESSON

¿Cuáles son los efectos secundarios de Pfizer y Moderna?

En el caso de Pfizer podrían darse efectos secundarios poco frecuentes como insomnio y dolor y malestar general. En casos muy raros podría darse una parálisis facial o parálisis Bell, pero desde la farmacéutica han asegurado que son efectos poco comunes.

Moderna, sin embargo, sí ha notificado más efectos secundarios de aquellos que han recibido el suero de Pfizer, que llegó a aumentar ligeramente tras la administración de la segunda dosis que son, en mayor medida, fatiga, dolor de cabeza y dolor en la zona de inyección. Con la vacuna de la farmacéutica americana también puede aparecer pruritos en el lugar donde se ha administrado la inyección, hinchazón facial o parálisis facial localizada.

No obstante, todas las vacunas suelen presentar cuadros de dolor e hinchazón en el brazo en el que se ha recibido la vacuna, así como fiebre, escalofríos, cansancio y dolor de cabeza.

De hecho, un informe publicado recientemente en el 'New England Journal of Medicine'reveló que los anticuerpos generados por Moderna pueden durar hasta seis meses después de la administración de la segunda dosis. Unos datos muy positivos que se sumó a la información que compartió Pfizer hace unas semanas, en la que aseguraba que durante al menos seis meses la vacuna es efectiva en más de un 91 por ciento. Además, según un estudio, puede reducirl a mortalidad hasta en un 98 por ciento.

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EFE/EPA/LUCA ZENNAROLUCA ZENNARO

¿Cómo funcionan las vacunas de Pfizer y Moderna?

Las vacunas de Pfizer y Moderna se caracterizan por utilizar el sistema de ARN mensajero, que nunca antes se había probado. En este caso, en lugar de introducir en el cuerpo humano o un virus debilitado, incluso una pequeña parte del mismo para que el sistema inmunológico reaccione ante el mismo y sea capaz de generar anticuerpos y defensas, el ARN mensajero es capaz de dar las instrucciones a nuestro organismo para que produzcan esos anticuerpos. En otras palabras, las vacunas de Pfizer y Moderna incluyen un sistema que es capaz de hacer reaccionar al cuerpo, sin la necesidad de utilizar un virus, para que genere las defensas pertinentes.

Si bien es cierto que en muchos casos aparecen secundarios, todos los indicios hacen pensar que el sistema de ARN mensajero es bastante menos invasivo y eso explicaría por qué las personas que reciben alguno de estos sueros no desarrollan trombos.

¿Cuál es la diferencia con AstraZeneca y Janssen?

Si bien ya hemos explicado que Pfizer y Moderna utilizan el sistema de ARN mensajero, las vacunas de AstraZeneca y Janssen han recurrido a un método que se lleva probando años: el adenovirus mensajero. Un componente que también comparten con la vacuna rusa, Sputnik V. La diferencia entre AstraZeneca y Janssen, no obstante, es que la segunda utiliza un adenovirus humano y no de chimpancé como sí lo hace la de AstraZeneca.

¿Qué pasa con Pfizer y Moderna? Así son las vacunas menos mediáticas

EFE/ Pablo Martín/ArchivoPablo Martín

A pesar de esto, ambas funcionan de la misma manera: utilizan una versión genéticamente modificada del virus del resfriado común. De esta forma, cuando se inocula alguna de estas vacunas, se consigue que las defensas se activen pero no que haya una infección real. En otras palabras, la persona que recibe alguno de estos sueros, recibe un virus desactivado pero el cuerpo humano lo interpreta como si fuera un virus real.

Por ello, se consigue que el organismo ponga a trabajar el sistema inmunológico para generar defensas y anticuerpos contra el mismo. Así es como, a largo plazo, el cuerpo es capaz de reconocer el coronavirus en futuras infecciones y a generar anticuerpos para que no se desarrolle y evitar así síntomas graves. Precisamente es este sistema, el del adenovirus desactiva, al ser ligeramente más agresivo que el ARN mensajero, puede causar casos raros de trombos.

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