La mascarilla ha pasado a formar parte de nuestra vida. Aparecen por arte de magia en los bolsillos de los abrigos, en los bolsos, en las guanteras de los coches y, lo más importante, parece que nos falta algo si salimos de casa sin ella.

Los expertos del Centro Europeo para la Prevención de Enfermedades (ECDC) se muestran favorables a que poco a poco se vaya levantando la obligación de llevar la mascarilla a determinados sectores de población. Es algo que debe ser gradual y siempre que se cumplan los requisitos necesarios.

De todas formas, recuerdan que la recomendación general es llevar la mascarilla siempre, sobre todo en espacios concurridos y cerrados, porque ha demostrado su efectividad para evitar la propagación del virus.

En primer lugar, podrían dejar de llevar mascarilla aquellas personas que ya están vacunadas con las dos dosis.

También las personas vacunadas de mediana edad al reunirse con personas no vacunadas, siempre que ninguno tenga factor de riesgo de desarrollar una enfermedad grave.

Son dos circunstancias muy particulares, pero que ponen de manifiesto que la vacunación funciona, prolonga la inmunidad y por tanto se pueden dar los primeros pasos para dejar de llevar mascarillas.

VIAJES

En estos momentos, gran parte de los países europeos exigen cuarentenas y test a aquellas personas que viajan a través de Europa. Desde el ECDC defienden que hay situaciones, como por ejemplo aquellas personas que han completado el proceso de vacunación, en las que se puede eximir de estas exigencias.

Precisamente este es el papel que se espera que juegue el certificado de vacunación: agilizar los viajes y evitar restricciones para todos aquellos que ya están vacunados.

Se calcula que, en estos momentos, casi el 25 por ciento de la población europea ya está vacunada frente al coronavirus.