¿Logrará España captar talento científico de Estados Unidos?
Hacen falta más mejoras además de la financiación

Captar talento científico de Estados Unidos
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¿Logrará captar España a parte de los científicos e investigadores que hasta ahora trabajaban en Estados Unidos y que tras la elección de Donald Trump quieren instalarse en otros países? Nuestro país va a invertir 135 millones de euros en los próximos 3 años para atraer a líderes internacionales en líneas de investigación de alto impacto social como el cambio climático o la Inteligencia Artificial. Es un 50 por ciento más que en el trienio anterior y busca no solo atraer talento extranjero sino también repatriar a cerebros fugados.
Precisamente en Estados Unidos trabaja la investigadora en biomedicina y oncología Carmen Martín Alonso. Con 29 años y tras doctorarse en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT), ha creado allí su propia empresa. La mayor financiación prevista en la Unión Europea y en España para los próximos años le parece positiva para atraer talento, pero -aún insuficiente- y no es lo único.
“En mi caso volver o no a España es más bien una decisión personal en función de cómo vaya mi empresa pero, a nivel general, uno de los factores que tienen más peso para los investigadores y los científicos es tanto la cantidad de financiación como la continuidad o la duración de esa financiación”, afirma en una entrevista en COPE.
Considera que entre los principales atractivos de nuestro país está el liderazgo español en ensayos clínicos y la potencia de nuestros centros de investigación además de la mayor calidad de vida pero hay carencias que, a su juicio, lastran la atracción de talento.
“Falta una mejora de la financiación -tanto pública como privada- aumentar los sueldos e introducir cambios tanto para promover la meritocracia como la flexibilidad y reforzar tanto la colaboración con empresas como su creación”, señala Martín Alonso quien, de momento y según nos cuenta, sigue viendo más ventajas que inconvenientes en Estados Unidos que en España, incluso en este contexto de recortes millonarios para la ciencia de la Administración Trump.
Estampida de científicos e investigadores en EEUU
3 de cada 4 científicos estadounidenses considera la posibilidad de marcharse del país tras los recortes y trastornos a la ciencia provocados por la administración Trump -siendo Europa y Canadá sus principales opciones para trasladarse, y la tendencia más pronunciada entre los más jóvenes- según una encuesta realizada por la revista Nature y publicada el pasado 27 de marzo con 1.200 respuestas de sus lectores que se dedican a la investigación.
Poco después, otros 2.000 científicos, incluidos varios Premios Nobel, enviaron una carta abierta al pueblo estadounidense. Toda una llamada de auxilio para pedir al Gobierno de Trump que cese “su ataque generalizado a la ciencia”. En la misiva hablaban de “censura” y de “destrucción de independencia” además de lamentar que los recortes y cambios en el sistema de investigación estén “diezmando” la actividad científica.
Estados Unidos ha sido hasta el momento uno de los mejores lugares del mundo para desarrollar una carrera científica. Invierte más en investigación y desarrollo que ningún otro país, tiene una red de universidades e institutos de máximo nivel como Harvard, MIT ó Stanford y tradicionalmente ha atraído a científicos e investigadores de todo el mundo. Además allí la favorable colaboración entre el sector público y el privado favorece la rápida transferencia del conocimiento científico a aplicaciones prácticas.
Esto último es lo que más le interesa a Carmen Martín Alonso y lo que se traduce en la creación de empresas punteras como la que esta ingeniera quiere desarrollar: “me gustaría ver más iniciativas que apoyen en la Unión Europea y en España la investigación traslacional que es la que permite sacar partido realmente a la ciencia y poder hacer que lo que descubrimos tenga un impacto real en nuestra vida”.
Otras ventajas que ve en el ecosistema estadounidense es que allí trabajan los mejores expertos de todo el mundo, la colaboración con la industria y que es un sistema meritocrático. En contra de ser investigador en Estados Unidos, esta joven profesional apunta a “la falta de estabilidad hasta que llegas a un determinado nivel; la competitividad y la mayor presión, el problema con los visados y con todos los temas de inmigración y el estar lejos de casa”.
Toda una oportunidad para captar talento en la Unión Europea
“Choose Europe”, así se llama el programa anunciado el pasado 5 de mayo por la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen para destinar 500 millones de euros extra entre 2025 y 2027 para hacer de Europa “un imán para los investigadores”. Los fondos se inyectarán al Consejo Europeo de Investigación que ya cuenta con un presupuesto de 16.000 millones de euros para el periodo de 2021 a 2027.
Desde la UE prometen además mayores incentivos económicos para científicos e investigadores, contratos más largos y menos burocracia además del compromiso legal de respetar su libertad de investigación, cada vez más comprometida en Estados Unidos.
Desde su llegada a la Casa Blanca Trump ha aplicado amplios recortes al presupuesto federal que han privado a agencias científicas, instituciones de investigación y centros médicos de miles de millones de euros en subvenciones poniendo en peligro su capacidad para mantener estudios cruciales que requieren de una financiación fiable y constante. Se han cancelado parte de los programas centrados en el cambio climático, el cáncer, Alzheimer y la prevención del VIH.
Un reciente estudio de la American University estimaba en un 25 por ciento el descenso del gasto público destinado a I+D. En paralelo, Trump ha lanzado una campaña contra las universidades de élite como Harvard para desmantelar sus programas de diversidad, amenazando con recortar la financiación federal y alterar sus regímenes fiscales.
España, también en la carrera por atraer a científicos e investigadores
También el Gobierno español está dispuesto a aprovechar la coyuntura para atraer a investigadores y científicos de todo el mundo y, en particular, de EE. UU. Es el objetivo del programa ATRAE 2025, que gestiona la Agencia Estatal de Investigación, y que en su tercera convocatoria contará con un presupuesto este año de 45 millones de euros para contratar a 45 líderes mundiales en sus respectivos campos de investigación.
El programa ofrece un millón de euros para cada proyecto de investigación y una financiación adicional de 200.000 euros para la incorporación de investigadores e investigadoras que estén trabajando ahora en Estados Unidos. Se buscan líderes de grupos de investigación con impacto científico mundial en sus áreas y que formen parte del 10 por ciento de mayor excelencia a nivel global en su especialización, prioritariamente, el cambio climático, la Inteligencia Artificial (AI), las tecnologías espaciales, la gestión del agua, la física o las matemáticas.
Para poderse beneficiar del programa, los investigadores deben haber llegado a un acuerdo previo con el grupo o el centro de investigación o alguna universidad en España que se comprometen, por su parte, a ofrecer una estabilización de su puesto de trabajo cuando finalicen los 3 ó 4 años financiados por el programa ATRAE.
En sus dos primeras ediciones, en 2023 y 2024, con esta iniciativa se han incorporado 58 líderes de investigación, el 60 por ciento españoles y de una edad media cercana a los 47 años. La mitad de ellos trabajan previamente en el Reino Unido y Estados Unidos y ahora a su labor científica unen también la formación de estudiantes postdoctorales contribuyendo a aumentar el talento en los centros en los que se incorporan.
Tras ejercer su profesión en el Reino Unido y en Estados Unidos, el italiano Vincenzo Calvanese es uno de esos investigadores que ha decidido instalarse en España. Desde hace 8 meses dirige su propio grupo de investigación centrado en las células madre adultas de la sangre. Trabaja en el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras y explica a COPE que su experiencia está siendo positiva al haberse podido atraer también financiación de la UE y del Reino Unido y trasladarla a nuestro país.
“Estoy cumpliendo un sueño. Tras instalarnos aquí, ahora empezamos a tener resultados importantes. Y seguramente en los próximos meses los avances que vamos a conseguir sean exponenciales. Si se cumplen los planes de financiación -que nos darán tranquilidad durante varios años- es muy posible que me quede en España”, subraya Calvanese.
Admite que, aunque países como el nuestro y otros en la Unión Europea son atractivos para investigar particularmente en determinadas áreas de investigación, todavía hay aspectos mejorables en la atracción de científicos a nuestro continente. Lo conseguiremos, subraya, si apostamos por la financiación y la estabilidad laboral de estos profesionales al tiempo que modernizamos la estructura administrativa.
Ser un polo científico aumenta las oportunidades para el conjunto de la población
“Si queremos establecer un polo de capital humano en este país debemos introducir mayor flexibilidad en los salarios, mejorar las condiciones laborales que ofrecen los centros públicos de investigación como las universidades, porque la remuneración actual es poco competitiva”, explica a COPE el profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, Ismael Sanz.
En juego están efectos muy positivos, señala este experto, “que surjan o aumenten su producción empresas intensivas en capital tecnológico y capital humano, que utilizan conocimientos e I+D+i que generalmente crean empleo de calidad y estable y bienes y servicios de alto valor añadido. Esto es algo favorable no solo para la investigación sino también para la economía y que beneficia al conjunto de la población”.