Los meses de julio y agosto han hecho saltar las alarmas del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (Momo) del Instituto de Salud Carlos III, que mide a diario los decesos en nuestro país: en julio fallecieron 2.223 personas más de lo habitual en ese mes, y en agosto el doble, casi 5.000 más. Con Portugal, lideramos el ranking negro de exceso de mortalidad en Europa. A falta de más datos, los expertos señalan tres causas que son en realidad cuatro: calor, covid, crónicos y crisis sanitaria, derivada de la propia pandemia. Las 4 “ces” mortales a la que podría sumarse este invierno el frío.

Los expertos prefieren no mojarse porque “es muy difícil conocer las causas por las que se muere, y solo podemos hacer especulaciones” explica el experto en Salud Pública, Manuel Franco. Si parece que, a priori, se señalan tres: las olas de calor “que son más o menos cuantificables”, como los coletazos del covid, como que realmente el sistema sanitario “que ya venía muy malito, muy tocado” no haya sido capaz de atender debidamente, o como lo estaba haciendo laspatologías crónicas o muy prevalentes.

Mejorar el sistema de vigilancia para evitar muertes

Franco asegura que lo que sí ha puesto de manifiesto esta situación es que “necesitamos un sistema de vigilancia mucho mas actualizado más rápido más transparente, para recoger y analizar los datos lo antes posible y dar estos datos a la población, porque si realmente estamos viendo un aumento de la mortalidad significativo y real tendríamos que estar tomando medidas y realmente no podemos tomar medidas si no sabemos que está ocurriendo”.

Señala que es un problema que “puso de manifiesto la covid en todo el mundo y que en los estados Unidos, donde tienen un sistema de salud pública más desarrollado del mundo, han hecho una evaluación interna y lo que piden es que la recogida de datos y su análisis sea una de las tareas de interés”.

Vamos a necesitar una mejora y una financiación del sistema de Salud Pública mucho mejor de lo que tenemos. Esperemos que seamos capaces de hacerlo dentro de la Agencia estatal de salud Pública que ha aprobado el consejo de ministros, por el bien de nuestra salud y de nuestro país”.

Los peligros del invierno que se avecina

El catedrático de Geografía Humana Rafael Pujol, coincide en señalar las mismas posibles causas que han provocado el exceso de mortalidad. Pujol apunta también que “estamos ante una situación de compás de espera hasta tener los datos precisos para saber con exactitud qué ha pasado, pero también para predecir lo que pueda pasar en el invierno”. Al catedrático le resulta “paradógico que en este momento que se han producido más muertes por excesos de calor, estemos hablando del frío que vamos a pasar por problemas derivados por el corte de suministro del gas, y yo no quisiera pensar que este pueda ser un año en el que hemos tenido más muertes por calor, y que podamos tener también más muertes por frío”.

La esperanza de vida en España es alta y no ha disminuido a pesar del golpe que les ha dado la pandemia, explica Pujol , “porque se incorpora la generación del baby boom”. Asegura el catedrático de Geografía Humana que “la mortalidad en España va a seguir creciendo, no va a disminuir y una de las causas principales de esos fallecimientos crecientes es el proceso general de envejecimiento, el aumento de la longevidad, que es una nota distintiva de la población española”

Si el cambio climático sigue produciendo un olas de calor, habrá más muertes en verano, asegura el catedrático que está especialmente preocupado por lo que se avecina ya que “los meses de invierno son más propicios a la mortalidad y ese aumento del frío puede ser un elemento que sume fallecimiento en ese tiempo, estamos a la expectativa, pero es muy probable que también en invierno veamos aumentar el número de muertes en los países que sumen estas restricciones como por ejemplo España y otros países de la Unión Europea”.