Ana Soria y Enrique Ponce continúan dando motivos para creer que son la pareja del verano en España. La joven estudiante de Derecho y el torero valenciano continúan disfrutando de sus vacaciones y de su amor, interrumpidas las primeras sólo por los compromisos profesionales del diestro.

Mientras Ponce está centrado en su actividad taurina, Soria sigue dándole vueltas a lo que hará en relación a sus estudios. Aún no se sabe si continuará Derecho en Granada o si pedirá el traslado de expediente a Madrid. Lo que sí está claro es que no se irá de Erasmus a Polonia en septiembre, como era su intención inicial y ahora ha dejado de ser posible por el coronavirus.

Por lo demás, la pareja sigue inmersa en sus excursiones, visitas a la playa y paseos en barco. Eso sí, con una novedad. En forma de un detalle que Federico Soria, padre de Ana, ha querido tener con su hija.

El detalle del padre de Ana Soria en pleno idilio de su hija con Enrique Ponce

Hasta ahora, Ponce y Soria vivían en San José, el lugar de veraneo habitual de los Soria. Sin embargo, el cabeza de familia ha decidido hacer un regalo muy especial a su hija: una vivienda para ella.

La casa cuenta con dos plantas y se encuentra en una zona de Almería conocida como Ciudad Jardín, según ha revelado El programa del verano. Federico Soria la recibió como herencia de una tía suya con la que se crió durante buena parte de su infancia.

Es una vivienda construida en los años 50 del siglo pasado, cercana al hogar familiar de los Soria, en el que viven los padres de Ana y su hermano. La joven ya ha decidido que va a independizarse, puesto que la casa se está acondicionando para que tenga lugar la mudanza a la misma de Ponce y Ana Soria.

Eso sí, aún no está claro si el torero y la estudiante vivirán allí o en una finca que Ponce quiere comprar también en Almería. Sea como sea, queda claro que quieren hacer vida en común. Y que, aunque el regalo de Federico Soria no haya sido un anillo de bodas, las campanas siguen sonando para los ahora mismo novios de España. El proceso para llegar a pasar por el altar será arduo, pero, de momento, sigue en pie: Soria y Ponce lo tienen muy claro.