¿Cómo conservar la calidad de vida cuando envejecemos?
Madrid encabeza el ranking de todas las regiones europeas en esperanza de vida y otras 14 comunidades autónomas están entre las 50 más longevas

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España tiene la mayor esperanza de vida de la Unión Europea, Madrid encabeza el ranking de todas las regiones europeas y otras 14 comunidades autónomas están entre las 50 regiones europeas más longevas. Las españolas son las mujeres que más años viven de todo el continente y la brecha con los hombres es cada vez menor, según refleja un estudio de FUNCAS. El reto ahora no es solo vivir más sino mejor hasta el final y nuestro estilo de vida la única receta -en nuestra mano- para conseguirlo.
Mantener sólidas redes familiares y sociales son junto a llevar una vida activa y una alimentación saludable basada en la dieta mediterránea la clave de una vida más autónoma hasta el final y según recoge el citado estudio si en los países bálticos y nórdicos más del 40 por ciento de los mayores viven solos en el sur es más común vivir en pareja o con familiares. En España solo el 23 por ciento de los mayores viven solos frente al 32 por ciento de media de la Unión Europea. Dos de cada tres mayores viven aquí en pareja y el 22 por ciento con familiares, frente al 12 por ciento de la media europea.
“Tener unas redes de apoyo frecuentes e intensas es un factor que contribuye mucho a aumentar calidad de vida, reduce la soledad lo que se asocia a una mejor salud mental y física. Pongo un ejemplo si una persona vive sola y tiene un catarro que no se le cura puede ser más propensa a ignorarlo y que acabe en algo más grave que si vive acompañada y sus familiares se preocupan y le animan a ir al médico”, explica en COPE María Miyar, directora de estudios sociales de FUNCAS.

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Pese a que España tenga la mayor esperanza de vida de la Unión Europea, en nuestro país hay grandes diferencias entre comunidades autónomas de forma que una mujer madrileña viven 8 años y 3 meses más de media que un hombre en Andalucía, lo que equivale a un 10,3 por ciento más de vida.
Una brecha que, según Miyar, se explican por el hecho de que “las condiciones materiales o el nivel de riqueza influyen mucho en el estado de salud y también se relaciona con distintos hábitos de vida, actitudes y conductas más saludables y un mejor acceso a los servicios de salud”.
El estilo de vida, la mayor propensión a llevar a cabo actividad física, las condiciones ambientales y climáticas, la cultura del bienestar y los progresos en salud pública y educación son otros de los factores que explican que 15 regiones españolas estén entre las 50 europeas más longevas.
Con 86,1 años de esperanza de vida, Madrid encabeza el ranking de las regiones europeas seguida de Navarra, que ocupa el cuarto puesto, y Castilla y León, en el sexto. Solo Canarias (82,7), Melilla (81,6) y Ceuta (81,3) quedan fuera del top 50 europeo de un total de 240 regiones con datos disponibles.
Las mujeres españolas y sus cifras récord
Las mujeres europeas viven de media 84,4 años frente a los 79,2 de los hombres. En España sucede lo mismo con una brecha algo mayor: las españolas son las más longevas de Europa, con 86,7 años, uno más que las francesas, mientras que los españoles con 81,3 años, ocupan el quinto puesto, a solo 0,4 años -el equivalente de 5 meses- de Luxemburgo y Suecia, que comparten la primera posición con 81,7 años.
“El estilo de vida, los hábitos y las redes sociales son incluso más destacados en el caso de las mujeres españolas que en los hombres y más acentuadas que en el resto de las europeas y esto es lo que explica su mayor longevidad”, subraya Miyar.

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En 1990 las mujeres vivían de media 7,3 años más que los hombres, un 9 por ciento más; en 2023 la brecha bajó a 5,4 años, un 6 por ciento. El motivo es que los hombres han ganado más esperanza de vida en este periodo, 8 años desde 1990 frente a 6 en el caso de las mujeres.
Las madrileñas alcanzan de media los 88,3 años de vida, las castellanoleonesas 87,7 años, las navarras 87,6 y las vascas 87,4, todas se cuelan en el top 5 europeo y, en este ranking, 10 regiones están entre las 15 primeras.
¿Cómo no solo vivir más sino vivir mejor?
No hay fórmulas secretas ni medicaciones definitivas para prolongar al máximo la calidad de vida solo dos ases en la manga, según recuerda a COPE Mariona Jove Font, profesora de Fisiología de la Universidad de Lleida e investigadora del IBRLleida: “la genética tiene un papel clave, pero son los factores ambientales los que nosotros podemos modificar y si los modificamos podemos no solo vivir más, sino también vivir mejor”. Considera Jove que hacer ejercicio físico, seguir una dieta mediterránea tan arraigada en nuestra cultura son junto a una vida social activa las claves “no solo para envejecer mejor, sino también para conservar nuestra autonomía durante mucho más tiempo. El reto ahora es conseguir que el aumento de la esperanza de vida vaya acompañado también de un aumento de la calidad de vida, de la vida libre de enfermedad”.
LA IMPORTANCIA DE LA PLANIFICACION
María Luisa Delgado es vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y profesora de psicología en la Universidad Complutense de Madrid y, considera que “es posible tener una vejez feliz, las personas mayores adultas pueden vivir una de las etapas más plenas de su vida, adaptándose a los cambios y encontrando un propósito de vida con actitud proactiva entendiendo que un buen envejecimiento lo construimos día a día”.
Considera que esa construcción de una tercera edad tranquila requiere de una planificación para la que no hay que esperar a tener la edad de jubilación, sino ir progresivamente construyendo un proyecto con sentido:
-planificación de la salud: tener hábitos buenos y saludables desde jóvenes es otra de las mejores inversiones de cara al futuro. A la alimentación y el deporte se une la gestión del estrés y la ansiedad que deterioran nuestra salud mental que también podemos reforzar aprendiendo cosas nuevas o conociendo gente nueva
-planificación social: construir relaciones de calidad y una red de personas que nos quieren
-planificación financiera: ahorrar lo posible durante la vida laboral para tener ingresos suficientes en la tercera edad. Calcular que cuando nos jubilemos es fácil que tengamos aún 20 a 25 años por delante
¿CóMO AFRONTAR LAS PERDIDAS Y LA MERMA DE FACULTADES?
La pérdida de amigos y de familiares, de personas queridas se acentúa a medida que cumplimos años. Para Delgado “no hay tiempos establecidos para superar una pérdida. Es bueno buscar apoyo en el duelo con las personas de tu entorno y con grupos de personas que están en la misma situación además de encontrar la forma de mantener viva la memoria del ser querido no desde el dolor sino desde su legado, el recuerdo y el cariño al tiempo que hacemos un esfuerzo por conocer a gente nueva y seguir caminando hacia delante”.
Otros de los retos de la vejez es aceptar la pérdida de capacidades como la memoria o la agilidad y, ante ello, la clave es la actitud, ya que podemos frustrarnos u optar por lo que los psicólogos llaman optimización selectiva con compensación: “consiste en seleccionar o elegir de todo lo que hacíamos antes cuáles son las actividades más importantes y significativas para nosotros, optimizar o dedicar nuestra energía y nuestros recursos a estas actividades y compensar la pérdida de ciertas facultades con otras fortalezas o adaptaciones para poder cumplir con nuestros objetivos”.
Ejemplos de ello es frente a la pérdida de memoria el uso de post-it o de agendas que suplan esa merma, si nuestro problema es la movilidad usar un bastón para caminar o escoger un camino en el que haya bancos en los que nos podamos sentar para descansar o, ante la pérdida de visión, podemos utilizar audiolibros o lupas inteligentes que leen un texto y nos lo transmiten.