Expertos internacionales liderados por Joan B. Soriano, médico epidemiológico del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa, publicaban en diciembre de 2021 en la revista Lancet Infectious Diseases, la primera definición de covid persistente.

Este concepto surgía de un proceso Delphi, dirigido desde Ginebra por el Comité Covid-19 de la OMS en el que participaron 265 pacientes de este trastorno que se estima que puede afectar hasta un 16% de las personas que superaron el coronavirus agudo. En concreto, indican que la covid persistente es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente 3 meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses. Entre los síntomas más comunes se incluyen: fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva, y generalmente tienen un impacto en la rutina diaria de cualquier persona. La sintomatología puede ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de la enfermedad o persistir desde la enfermedad inicial. Además, también pueden fluctuar o recaer con el tiempo.

La covid persistente también puede producirse en menores, aunque es menos habitual. El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona creó, a finales de 2020, una unidad pionera en España que atiende exclusivamente a menores con esta dolencia. Desde esa fecha, han valorado a 150 pacientes y tienen en seguimiento a unos 130.

De hecho, la coordinadora de esta unidad, ha explicado a el diario 20minutos que el perfil de estos pacientes lo conforman "niños sanos que han tenido una infección leve o asintomática". Además, esta experta asegura que la duración de los síntomas es muy variable y, se considera que es covid persistente, si tienen 12 semanas de evolución con esta enfermedad. "Hay niños que a los cuatro meses mejoran y otros que les cuesta más. Hay algún caso que viene de la primera ola que todavía no ha recuperado su actividad normal".

Otra especialista del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, la doctora Marisa Navarro, ha asegurado que han pasado pocos casos de niños con covid persistente por la unidad de infecciones pediátricas, aproximadamente un 2%.

El perfil de paciente en ambos centros es el mismo. En su mayoría, son adolescentes a partir de los 12 o 13 años "que ya verbalizan lo que les pasa y de contarte que tienen una cefalea que persiste en el tiempo o un cansancio". Esos son los síntomas más veces descritos por los menores aunque también mencionan problemas de concentración, atención y memoria (de una forma menos habitual).

"Lo que más están acusando los adolescentes es no poder hacer su vida normal ni relacionarse con sus amigos o familiares, lo cual afecta al desarrollo personal en estas edades. Esto deriva en mucha problemática de salud mental: cuadros de ansiedad, depresión, intentos autolíticos. Esto, a veces, es un reflejo del covid persistente", asegura Marisa Navarro, facultativa del Gregorio Marañón.

Por tanto, se trata de una patología nueva que también puede afectar a los menores (aunque en menor medida) y no entiende de edades, aunque el 50 por ciento de los pacientes se encuentran entre los 36 y los 50 años y la mayoría son mujeres.

¿En qué punto está la vacunación pediátrica en nuestro país?

Más del 50% de los menores de 5 a 11 años en España ya ha recibido al menos una vacuna pediátrica de la covid-19, una medida que aconsejan los expertos para que los menores puedan protegerse de la infección grave y la muerte, sino también para evitar que el virus provoque una reacción en el organismo que pueda desencadenar otras patologías.