Alergia a los gatos: Esta es su causa y las técnicas para reducir los síntomas

Las alergias a los animales domésticos con piel o con plumas son comunes, especialmente entre las personas que tienen otras alergias o asma

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Muchas personas deciden compartir su vida con una mascota. Los gatos son unos buenos compañeros, sin embargo, puede ser que al introducir un felino en casa empecemos a sentir los ojos irritados o llorosos, estornudos constantes o mucosidad. Esto se debe a que tenemos alergia al animal. Por ello es muy importante que, antes de introducir un gato o perro en nuestro hogar, comprobemos que no somos alérgicos. Según un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), "las alergias a los animales domésticos con piel o con plumas son comunes, especialmente entre las personas que tienen otras alergias o asma".

Es más, concluyen que entre un 15 y un 30 % de las personas con alergias tienen reacciones alérgicas a los gatos o a los perros. Además, la alergia a los felinos es dos veces más común que a los canes. Esta reacción de nuestro cuerpo se debe a que el sistema inmunológico, que es el encargado de encontrar sustancias extrañas en el organismo (tales como virus y bacterias) y eliminarlas, tiene una hipersensibilidad y reacciona a las proteínas inocuas, denominadas alérgenos. Estas proceden de la saliva, la orina o la caspa de los animales (tejidos muertos).

No es el pelo lo que produce la alergia

La alergia a los gatos es a la proteína fel d 1, producida en la piel del animal y la encargada de segegar el pelo. Este alérgeno se acumula en el pelaje, así como en otras superficies. "Al contrario de lo que se suele pensar, el pelo de los animales domésticos no es lo que produce la alergia. Sin embargo, puede acumular caspa y también alberga otros alérgenos tales como el polvo y el polen", explica el estudio. La proteína fel d 1 está presente en la saliva, piel y glándulas sebáceas de los gatos, aunque también en algunos tejidos internos (cerebro, músculos y órganos viscerales)

"Estudios recientes han demostrado que la fuente primaria de este alergeno es la piel. Las concentraciones de fel d 1 sobre la piel están bajo control hormonal, por tanto, la castración influye notablemente en las concentraciones de fel d 1 de los gatos machos disminuyen un mes después de la castración. Existen también evidencias preliminares de que las secreciones pueden ser mayores en los machos que en las hembras", determinan en la UPV. Los síntomas que suele desarrollar un individuo que tiene alergia a los gatos son variados, van desde reacciones cutáneas y la rinoconjuntivitis habitual, hasta un asma grave.

Consejos para reducir o evitar los síntomas

Las recomendaciones de los expertos suelen ser deshacerse del animal. No obstante, esta medida es muy drástica y antes de tomarla podemos poner en práctica una serie de técnicas que pueden mejorar los síntomas o incluso eliminarlos. Aunque lo principal es que, mediante una prueba realizada por un alergólogo, confirmemos que lo que nos está provocando la reacción alérgica es nuestra mascota. En el estudio realizado por la UPV proponen una serie de métodos a llevar a cabo para evitar los ataqus de alergia y no tener que eliminar al gato de nuestra casa, lo que puede suponer un suceso traumático tanto para el dueño como para el animal.

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