El matrimonio olvidado de Felipe II que lo situó como rey de Inglaterra y devolvió al país a la fe católica: 'borrado' por la Leyenda Negra

El monarca que dio esplendor al Imperio Español y consiguió colarse en la lista de los más importantes de la Historia, hizo un matrimonio que desde Gran Bretaña han querido obviar

Felipe II

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Felipe II

Ana Rumí

Publicado el - Actualizado

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Indumentaria negra, un rostro serio que emana firmeza en cada retrato, y un apodo: 'el prudente'. Solo con esos tres elementos, uno sabe que se está hablando de uno de los reyes de España más importantes de la historia, que no es otro que Felipe II.

A él se le atribuyen muchas obras, muchas victorias y, sobre todo, la enorme labor de dar esplendor al Imperio español que, bajo su mandato, no conoció lo que era ponerse el sol. La Batalla de San Quintín, la todopoderosa Armada Invencible o la anexión de Portugal son algunos de los méritos que se le pueden asignar.

Sin embargo, pese a que fue uno de los reyes más poderosos de la historia universal, y pese a conseguirlo todo desde Madrid (que tiene mérito), sobre él pesa una de las peores infamias jamás creadas: la Leyenda Negra.

Sí, esa imagen negativa que se difundió por todo el mundo de España y de sus gobernantes, y que pretendía desacreditar el poderío español y crear una narrativa en la que nuestro país se pintara como cruel, violento y vengativo.

A pesar de las mentiras vertidas en ese relato, la Leyenda Negra ha sido hereditaria, y no solo Inglaterra (uno de los principales responsable de su creación), sino que muchos otros países fueron partícipes de esta propaganda negativa.

Felipe II presidiendo un auto de fe

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Felipe II presidiendo un auto de fe

Por eso mismo, hay episodios verdaderamente heroicos de la historia de España que han sido obviados deliberadamente para evitar dar gloria y esplendor a nuestro país. Así pues, es necesario recordarlos y ponerlos en evidencia.

Y qué mejor forma que empezar con uno de esos momentos que Inglaterra, a mala idea, ha querido tapar y no dar la importancia que tuvo. No fue otro que el segundo matrimonio de Felipe II.

El matrimonio olvidado de Felipe II que a menudo se quiere borrar

El papel de Felipe II, desde que nació, iba a ser complicado. Nieto de los Reyes Católicos, que emprendieron la misión de ser la primera Monarquía Hispánica, e hijo de Carlos V, perpetrador del Imperio español, su misión estaba destinada a la grandeza.

Podemos decir, sin equivocarnos, que cumplió ampliamente y superó todas las expectativas. Es por eso que sus rivales políticos difundieron toda esa propaganda negativa, con el fin de destruirle.

En un papel tan fundamental para la historia, que Felipe II hiciera un buen matrimonio era imprescindible. En aras de su expansión con Portugal, contrajo matrimonio con María Manuela de Portugal.

Con ella tuvo a su único hijo varón: Carlos. Sin embargo, María Manuela murió poco después del parto, y eso evidenció que un reino sin su reina, era inviable.

Así pues, los ministros de Felipe II buscaron con quién emparentarlo, y dieron con la persona correcta. El contexto era propicio para conseguir lo que nunca se había dado: unir la Corona Española y la Corona Inglesa.

Así pues, su padre, Carlos V, se adelantó y propuso una alianza matrimonial con su prima: María Tudor. Hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos), María se vio en la tesitura de reinar en Gran Bretaña, aunque no era la primera opción de su padre, porque mantenía el catolicismo de su madre.

Retrato de Carlos V y Felipe II

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Retrato de Carlos V y Felipe II

Soltera a sus 37 años y habiéndole prometido Carlos V a su tía Catalina que cuidaría de su sobrina, medió para concertar el matrimonio entre ambos. Lo único que tuvieron para “enamorarse”, fueron los retratos que mandaron a cada casa real de los monarcas.

Se casaron a través de poderes y, en junio de 1554, meses después del matrimonio, se casaron de forma presencial. Aconsejada por sus ministros, María Tudor firmó un acuerdo prematrimonial que indicaba, entre otras cosas, que Felipe II no sería rey de Inglaterra una vez María hubiera muerto o que Inglaterra no tendría parte en las campañas bélicas de los Austrias.

Aunque Felipe II tuvo sus reticencias para aceptarlo, acabó pasando por el aro y contrayendo matrimonio. Así, su misión le llevó a convertirse en rey de Inglaterra y a una un tanto más importante: devolver a Gran Bretaña al catolicismo.

Una historia olvidada por la Leyenda Negra

María Tudor, en cuanto vio el esplendor del retrato de Felipe II, cayó rendida a sus pies; tanto más, cuando lo conoció en persona. Para el español, sin embargo, su matrimonio era un mero trámite para conseguir unir ambas coronas y devolver al país a la fe católica.

Por su parte, María Tudor tenía interés en acabar con la devoción anglicana y restaurar la obediencia a Roma. Como reyes de Inglaterra, emprendieron una campaña para que el país volviese a ser católico, y sí, lo consiguieron.

Sin embargo, es un episodio de Gran Bretaña borrado por la tan temida Leyenda Negra. Y es que, con Felipe II como consorte, María Tudor hizo todo lo posible por restaurar la fe, y comenzó a perseguir (incluso a matar) a los anglicanos.

Felipe II y María Tudor

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Felipe II y María Tudor

Deprimida por sus múltiples embarazos psicológicos y por no poder concebir, además de la distancia con su marido que eso le provocaba, persiguió con más ahínco a quien desobedecía. Eso le valió el apodo con el que la Historia le conocería: Bloody Mary, María 'la sanguinaria'.

Presionada por su enamorado, María Tudor rompió la regla en la que Inglaterra no participaría en las guerras españolas. Pronto, las tropas británicas participaron en sus campañas contra Francia, pero, con el fin de desprestigiar a una reina que no sentían suya, pronto se rindieron.

El matrimonio se desgastaba, no conseguían concebir, e Inglaterra se sumía en un clima de desánimo por perder Calais y por la persecución. Todo ello hacía mella en María, que fue perdiendo la salud paulatinamente.

Decidió, presionada por su marido, que fuese su hermanastra Isabel la que heredase el trono, y en noviembre de 1558, María moría. Con ello, Felipe II perdía su poder sobre Inglaterra.

A pesar de ello, es un episodio muy interesante en la historia de España, ya que, por primera vez, España tuvo poder en Gran Bretaña y consiguió lo que muchos persiguieron: devolver al país a la fe católica. No es de extrañar, que un país con una tradición protestante, y con una rivalidad histórica con España, haya decidido obviar este capítulo.

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