Los perros y los gatos suelen ser las mascotas más recurrentes en los hogares españoles, ya que son los animales por excelencia que consideramos “de compañía”. De hecho, el perro es definido por muchos como “el mejor amigo del hombre”, si bien es cierto que los gatos suelen caracterizarse por un mayor desapego respecto a su dueño y entorno.

Sin embargo, no podemos olvidar que otra mascota que hace mucha compañía, especialmente a quienes viven solo, son los pájaros. Nada igual que el canto de un canario para alegrar las mañanas del prójimo. Aunque pudiera parecer sencillo, cuidar de las aves no es tarea fácil. Proporcionar un hogar confortable para estas especies es fundamental para que crezca con salud.

Las aves más recomendables como mascota

Los tipos de ave además son muy diferentes. Entre las más recomendables para seleccionar como mascota están los agapornis, que se caracterizan por ser unos pájaros domésticos sociables y más felices cuando se encuentran en pareja, por lo que es mejor, si optas por esta opción, adquirir un macho y una hembra.

Los periquitos también forman parte del decorado de un hogar en miles de familias. Suele ser una especie limpia, con una alimentación basada en las verduras y las semillas. Si en cambio buscas el cariño de tu pequeño pájaro, las ninfas son tu solución, al ser una mascota muy cariñosa, que se deja acariciar. En cambio, los jilgueros dan más trabajo por su carácter enérgico y su afición al canto. A cambio, ofrece una ventaja, y es que es una especie bastante independiente, por lo que no precisa de excesivos cuidados.

También pueden llegar a ser molestas las cacatúas, que necesitan incluso dar un paseo por la casa de manera diaria, ya que de lo contrario se aburren y entran en depresión. Por contra, tienen un carácter afable y se les puede enseñar muchos sonidos. De ahí la expresión “eres una cacatúa”. Pero sin duda los más “sabiondos” son los loros, que tienen facilidad para repetir los sonidos casi al instante.

¿Qué enfermedades pueden contraer?

Como todo ser vivo que se precie, las aves precisan de atención sanitaria cuando surge algún tipo de contratiempo. La mayoría de ellas son consecuencia de las condiciones climáticas en las que habita en el interior de la jaula. Unas malas condiciones les provoca estrés y otro tipo de patologías.

Por ello, si al pájaro se le aleja de su hábitat natural, debe aclimatarse a su nuevo hogar. Así las cosas, si está acostumbrado a vivir en una zona cálida, en caso de que el inmueble donde 'ejerza' como mascota emplee mucho la calefacción, la especie mudará sus plumas más veces de lo normal, para evitar así que su temperatura corporal aumente. Un cambio constante de plumaje que deteriora su salud, ya que su ciclo natural se ve alterado. Este deterioro podría incluso costarle la vida. La solución para evitarlo es colocarlo en un sitio aireado.

Otra de las enfermedades que atacan a las aves son las ornitosis. Una infección muy contagiosa entre los pájaros, causado por una bacteria. Algunos de los síntomas que revelan que tu mascota podría padecer esta patología es el vientre abultado, falta de apetito o excrementos de tono verdoso.

El estrés entre los pájaros enjaulados es muy frecuente, especialmente si no han nacido “entre rejas”. Pasar de la libertad a estar enjaulados puede ser traumático. Picotear en exceso, rascarse o autolesionarse son algunas de las señales a las que debemos prestar atención.

Por último, los parásitos es un problema habitual entre las aves, y que conviven en la piel y las plumas del animal si son parásitos externos, y en la sangre o los intestinos si se esconden en el interior. Para poder determinar si tu ave tiene parásitos es necesario que lleves al veterinario una muestra de las heces.