Alberto Soler, psicólogo: "El cambio vital más importante se produce de no tener hijos a tenerlos, con el segundo es simplemente una adaptación menor"
El valenciano, especialista en psicoterapia, reflexiona sobre los motivos que llevan a los matrimonios a tener un segundo hijo en la familia y valora que el esfuerzo económico es menor

Alberto Soler, psicólogo valenciano
Madrid - Publicado el
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El psicólogo valenciano Alberto Soler, reconocido especialista en crianza y divulgador en temas de infancia y familia, ha compartido en un reciente vídeo de Instagram una reflexión sobre los motivos que pueden inclinar la balanza a favor de tener un segundo hijo. Con más de 15 años de experiencia en psicoterapia y como padre de tres hijos, Soler desgrana diez argumentos que van desde lo práctico hasta lo emocional, destacando que “el cambio vital más importante se produce de no tener hijos a tenerlos, con el segundo es simplemente una adaptación menor”.
La experiencia como aliada
El primero de los puntos que aborda Soler es la ventaja de la experiencia acumulada. “Los básicos ya los tienes aprendidos del primero. Ahora cosas como los baños, el cambio de pañal y todo eso te va a salir solo. La experiencia es un grado”, explica. Este aprendizaje previo, según el psicólogo, mitiga el impacto inicial que supone la llegada de un recién nacido, haciendo que la transición sea menos abrupta en comparación con el primer hijo.
En segundo lugar, menciona el aspecto económico. “Mucha de la inversión inicial ya está hecha: la silla del coche, el carro, mochilas, juguetes, ropa”. Este factor, aunque no determinante, alivia una carga significativa para muchas familias, que ya cuentan con los elementos esenciales para la crianza.
El impacto emocional y familiar
Uno de los argumentos más destacados por Soler es el cambio en la dinámica familiar. “Tu vida ya cambió con el primer hijo. Ahora simplemente va a cambiar un poquito más”, señala. El psicólogo insiste en que el salto cualitativo más grande ocurre al pasar de no tener hijos a tener el primero, mientras que la adaptación posterior, aunque exigente, es menos revolucionaria.
En el plano emocional, Soler subraya el valor de la fraternidad. “Que tu hijo tenga un hermano o una hermana es darle la posibilidad de tener alguien a su lado en quien confiar y en quien apoyarse durante toda la vida”. Este vínculo, matiza, no está exento de conflictos, pero estos mismos, las peleas, los celos, también fortalecen la relación a largo plazo.
Además, destaca el papel del hermano mayor como modelo para el pequeño. “El pequeño verá en el mayor un ejemplo a seguir”, afirma. Este dinamismo no solo beneficia al menor, sino que también fomenta en el mayor cualidades como la responsabilidad y la empatía. “Aprenderá que el mundo no gira siempre a su alrededor y que negociar y compartir son herramientas indispensables para la vida”, añade.

Familia comiendo en la mesa en una habitación soleada
Crecimiento en pareja y autonomía futura
Soler también aborda el impacto en la relación de pareja. “Es una oportunidad para crecer y seguir mejorando como pareja”, asegura. La llegada de un segundo hijo exige, según el experto, una corresponsabilidad que “no es una opción, es una necesidad”. Este reparto de tareas, aunque desafiante, puede fortalecer los lazos entre los progenitores.
A medio plazo, el psicólogo valenciano apunta otro beneficio: la autonomía de los hijos. “Conforme crecen, aprenden a jugar juntos y desarrollan su complicidad, lo que da más margen a los padres”. Este espacio ganado, aunque llegue tras años de esfuerzo, permite a los adultos recuperar cierta independencia.
Por último, Soler cierra su decálogo con una reflexión sobre el enriquecimiento de las dinámicas familiares. “La llegada de un nuevo miembro cambia la relación entre todos”, concluye. Este punto, más intangible pero igualmente relevante, remarca cómo cada hijo redefine los roles y las interacciones dentro del núcleo familiar.
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Un debate con matices
Aunque el vídeo de Soler se centra en los aspectos positivos, el psicólogo ha abordado en otras ocasiones las razones para no ampliar la familia, como tensiones en la pareja, dificultades económicas o la falta de apoyo externo. Este equilibrio en su discurso refleja su enfoque realista, alejado de idealizaciones, y basado en su experiencia clínica y personal.
Alberto Soler, autor de libros como La gran guía de la crianza y colaborador en medios como la Cadena Ser, sigue consolidándose como una voz de referencia en psicología infantil y familiar. Su mensaje, en este caso, invita a la reflexión sin presiones: “La decisión de tener un segundo hijo es personal y debe tomarse con motivos de peso”.
Para quienes estén considerando este paso, su decálogo ofrece una guía práctica y emocional, recordando que, aunque el camino no esté exento de desafíos, también está lleno de oportunidades para el crecimiento individual y colectivo.