A pesar de su nombre, Steven Ferreri, este joven de 17 años nació en Madrid en el seno de una familia dedicada plenamente a la vida circense. Hace tres años debutó en las pistas y ahora ha sido distinguido con el premio “Clown de Bronce” que otorga el Festival internacional de circo de Montercarlo, en Mónaco, por un un número de equilibrismo y acrobacias que precisamente realizaba su padre hace unos años.

“Lo ví, nos dice en Cope, y me enamoré de el”. Se trata de un número en el que lleva trabajando 5 años y se desarrolla nos cuenta “en un cable sobre el que realiza diferentes acrobacias y mortales y que le obliga a ensayar durante más de dos horas diarias, desde hace 5 años.

Ferreri está acostumbrado a vivir desde pequeño en un sitio diferente pero asegura que su vida no es demasiado distinta a la del resto de chicos de su edad. “Me levanto temprano, voy a clase, ensayo, por la tarde, tras realizar la función, salgo con los amigos”.

A la pregunta de si cree que el circo está herido de muerte, Ferreri asegura rápidamente: “está mas vivo que nunca”. Espero además, dice, “que los animales puedan volver algún día a formar parte de este maravilloso espectáculo”.