Fueron muy polémicos y por eso a mediados de mayo, se cambiaron por unos más saludables. Pescado, frutas, verduras y hortalizas, así son los menús que la Comunidad de Madrid ofrece a los alumnos con beca de comedor por renta mínima de inserción. En un principio, unas 8.500 familias aseguraron que recogerían estos menús, pero la realidad es que solo unas 5.000 han acudido a los 164 centros escolares en los que se distribuyen.
La pregunta es qué se ha hecho con el excedente de comida. La Consejería de Educación le ha dado una solución también solidaria. Lo que esas familias no han ido a recoger da ahora de comer a otras afectadas por esta crisis sanitaria. Familias como las que atiende la Fundación Madrina. Conrado Jiménez, su presidente, lo ha explicado a COPE: “Autónomos, arquitectos, personas que están en una situación muy delicada porque llevan en ERTES muchísimo tiempo. Muchas madres gestantes y muchas madres con niños, por eso estamos viendo cómo podemos cubrir todas las necesidades que tenemos y de parroquias y de otros actores que se están incorporando en la última fase de la pandemia”.
Sus voluntarios recogen en furgonetas todos los días los menús de 160 centros escolares de la Comunidad de Madrid. Han llegado a retirar hasta 400 menús para repartir. También hay otras entidades que los reciben. Entre ellas Cáritas, Servicios Sociales de San Fernando de Henares, Proyecto Encuentro, Parroquia Nuestra señora de Valvanera, o Fundación Tribu. Esta salida solidaria a estos alimentos es satisfactoria para la Consejería de Educación. Lo asegura su Consejero, Enrique Ossorio: “Estamos satisfechos porque se ha buscado un sistema para aprovechar esos menús y que lleguen a personas que también lo necesitan”.