“Hay muchos cochecitos de niños y mucha gente. Como tenemos un día tan maravilloso y el pantano está tan lleno de agua, la gente se ha animado a venir a pasar el día. Hay mucha gente haciendo piragua, paddle surf e incluso bañándose”.

Así nos dibuja este lunes festivo de san Isidro en el pantano de san Juan Mónica, dueña del restaurante Virgen de la Nueva con una espléndida terraza con medio centenar de mesas, justo enfrente de este legendario pantano madrileño entre San Martín de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa.

Como apunta Mónica, “la gente tiene muchas ganas de disfrutar, de pasarlo bien y de volver a vivir”. Además el nivel del agua ha subido tanto, con las lluvias de estas últimas semanas, que incluso casi ha sumergido los catorce kilómetros de esta playa de la Virgen de la Nueva, premiada un año más con la bandera azul de la Unión Europea.

Una bandera que acredita la calidad de sus aguas y sus servicios (incluidos socorristas, vigilancia y aseos), a tan solo setenta kilómetros de Madrid capital.