Se cumple un mes sin noticias del pequeño Ángel, el niño de 11 años que desapareció junto a su primo Fernando, de 17, en un supermercado de Carabanchel. Se les perdió la pista el pasado 10 de diciembre, pero sólo cinco días después de su desaparición, llegó la peor de las noticias.

El 15 de diciembre aparecía el cuerpo sin vida del mayor, Fernando, en un vertedero de Toledo. Desde entonces las tareas de búsqueda se están desarrollando en una superficie similar en tamaño a un campo de fútbol, que acumula entre 9.000 y 10.000 toneladas de residuos, y de la que apenas se ha revisado un 30%. Sin embargo, la familia pide que no se busque sólo en el vertedero, como nos ha confirmado a Cope Antonio Fernández, portavoz de los padres de Ángel: “que se refuerce la búsqueda por muchos más sitios, que venga más gente, que se haga un radio de búsqueda por todos lados”.

Y es que las últimas imágenes que se captaron de ellos fueron en Toledo, en concreto, en la estación de autobuses, en el entorno de un hotel y en un centro comercial. De ahí que Antonio insista en que “no se centren solamente en el vertedero de Toledo, que se haga un perímetro de la zona y que se busque por todos los alrededores de la ciudad”.

La familia no entiende cómo pudieron acabar en este vertedero. Lo que sí tienen claro es que “voluntarios se fueron de casa”, reconoce, “pero lo que pasó en Toledo no se sabe y todos los hechos pasaron allí en Toledo”, sentencia.

Y mientras sigue pasando el tiempo, sigue aumentando el dolor de una familia que está rota. Antonio nos cuenta que a los padres de Ángel les mantiene en pie la esperanza por saber lo que pasó aunque, como es lógico, la incertidumbre que viven, les está pasando una factura enorme. “Se encuentran como el primer día, destrozaitos, sin ganas de vivir ya, esperando, de una manera u otra, que aparezca su hijo, ellos no pierden las esperanzas”, confiesa.

Y aunque pase el tiempo, lo que no desaparecen son las concentraciones espontáneas a las puertas de la casa de Ángel, como la que se ha producido este mismo martes coincidiendo con esta triste fecha. “Ángel era un niño estupendo, buenísimo, pendiente de su colegio. Todo el mundo lo quería. Fernando era igual, un chico excelente, educado. Eran primos y se querían un montón”, nos recuerda Antonio visiblemente emocionado.