Un suceso trágico sucedió el pasado 5 de abril en la Avenida Pablo Neruda número 17, en Puente de Vallecas. Los pisos 12 y 13 de un edificio saltaron por los aires debido a una explosión de gas. El dueño del piso pulsó el interruptor de la luz y la chispa de la bombilla, al contacto con ese gas, provocó la explosión.

Seguro que recuerdas la noticia e incluso tienes en tu mente esa imagen de los últimos pisos al descubierto. A pesar de lo fuerza de la explosión, sólo hubo, por suerte, 17 heridos leves.

 

Explosión de gas en Vallecas, yo estaba a 20 m, una explosión ensordecedora pic.twitter.com/1MJkxsmkgJ

— Raul Sanz (@rsanz79) April 5, 2019

Pues bien, seis meses y seis días después, muchos de esos vecinos están empezando a volver a sus casas. En COPE Madrid hemos podido hablar con alguno de ellos para contarnos cómo están, cómo han vivido estos últimos seis meses, qué recuerdan y cómo está siendo la vuelta a la rutina.

Todos ellos recuerdan como si fuera ayer lo ocurrido, como Antonio, el presidente de la comunidad: “Escuché un golpazo muy fuerte. Todo se movió. Pensé que había sido un atentado. Me asomé a la ventana del baño y vi una gran humareda. Estuve hablando con un vecino que pasaba por ahí y me contó lo que había pasado. Entonces descarté que fuera un ataque terrorista o una bomba. La gente salía en estampida de un mesón que había fuera de casa. Fue horrible”.

Ahora los vecinos empiezan a volver a sus casas poco a poco en ese portal número 17, un bloque inmenso y cuadrado de 13 pisos y de un ladrillo de color rojizo. Aunque han sido 6 meses en los que han tenido que vivir en otro sitio, porque fueron desalojados. En una primera reunión con el Ayuntamiento les dijeron que en tres semanas volverían a sus casas. Pero esas semanas se convirtieron en 6 meses.

Antonio nos ha contado que ha habido vecinos a los que el Samur Social les otorgó una vivienda durante solamente 10 días. Otros, se fueron a segundas residencias o a casa de familiares. Y algunos afortunados consiguieron que su seguro les pagara un apartahotel o incluso un hotel.

El edificio ahora aparenta normalidad desde esa Avenida Pablo Neruda, aunque en su interior siguen trabajando. Otro de los vecinos, también Antonio, nos ha dicho que en su casa faltan muchas cosas. “Yo puedo volver ya a casa, pero tenemos que pintar, tenemos que limpiar, arreglar cosas... Pero por lo menos ya podemos entrar. Podemos estar dentro de nuestra casa después de tantos meses en los que me he tenido que quedar en casa de mis suegros”.

Son días de idas y venidas: de mudanzas. Los vecinos entran y salen sin parar con bolsas, maletas e incluso muebles.