Digna Emérita e Ion Torcea son dos vigilantes de Metro de Madrid que el pasado lunes se convirtieron en héroes. Estaban en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Se encontraban haciendo ronda en la estación de La Rambla, en la línea 7B, cuando pasaron a pocos metros de un viajero justo en el instante en el que caía al suelo víctima de un infarto.

Su rápida actuación fue crucial para salvarle la vida. En declaraciones a Mediodía Cope en Madrid, una de esos dos vigilantes, Digna Emérita, nos ha confesado que es la primera vez que vive una situación así y que está convencida de que Dios les puso en el camino de ese hombre para convertirse en sus ángeles de la guarda. Haber colaborado en salvarle la vida a una persona es algo, dice, que le deja muy un buen sabor de boca: “Humanamente yo me siento bien porque la empresa te prepara para ello pero cuando se presenta una situación así, uno actúa según el impulso humano que tiene”, asegura.

Un impulso que les llevó a ella y a su compañero a olvidarse de las recomendaciones sanitarias que impone el coronavirus, “ni se me pasó por la cabeza. Cuando vimos que se caída, lo que hicimos fue ayudarlo, cogerlo, darle la vuelta, limpiarle la sangre y llamarle para ver si reaccionaba".

De todos modos, Digna Emérita tiene claro que el final feliz de esta historia ha sido gracias al buen trabajo en equipo que realizaron: “cuando vimos que no reaccionaba, en seguida llamamos a la jefa de estación que también fue muy rápida en su actuación, llamando al control de sala para que avisaran a una ambulancia. Nos coordinamos, sinceramente, de la mejor manera posible”.

También ayudó, y mucho, el desfibrilador que había en la estación. 271 hay, actualmente ,en toda la red de Metro para poder atender este tipo de situaciones. Su objetivo es actuar de forma rápida en este tipo de emergencias sanitarias ya que se conectan, además, con los servicios de emergencia.