El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valdebebas, conocido por los madrileños como el “donuts” de Valdebebas, fue inaugurado oficialmente el pasado 16 de diciembre, tal solo dos días antes de que se iniciaría la actividad forense en el edificio.

Situado junto al Hospital Enfermera Isabel Zendal, llama la atención por su forma redondeada, como si fuera un donuts. Aunque realmente la idea de su arquitecto era la de representar un glóbulo rojo. Ese caparazon rodeada el IML pero en ningún momento llega a tocarlo, algo que se puede observar perfectamente desde el interior del edificio.

Esta forma tan peculiar permite que todas las estancias tengan luz natural, estén en el primer piso o en el octavo. El edificio se recorre por medio de pasillos que nos permiten dar la vuelta entera, como si estuviéramos en la M-30. Para evitar desorientarse, se han pintado en las paredes señales en forma de rosa de los vientos, que indican si estamos en el este, oeste, norte o en el sur. Señales pintadas en distintos colores según el piso en el que nos encontremos. Hay dos anillos, dos pasillos con distintas seguridades. La parte exterior puede ser recorrida por invitados al instituto de Médicina Legal. La parte interior queda restringida para el personal autorizado y es necesario un código de seguridad para poder entrar. Ahí se encuentran los laboratorios y las salas de autopsia.

El IML tiene una superficie construida de 13.500 metros cuadrados y una superficie útil de más de 8.700 metros cuadrados, repartidos en 8 plantas. Entre esas dependencias, situado en el piso menos 2, se encuentran las salas de autopsias. Allí se trabaja sobre 18 mesas, entre las que destaca una que esta preparada para realizar autopsias a personas con obesidad mórbida. Y la gran novedad es la Sala de Bioseguridad. Un lugar de alta seguridad que llama la atención por su intenso color blanco. No es grande y solo tiene una mesa y tres cámaras frigoríficas. En España solo hay 7 instalaciones como esta.

La Sala de Bioseguridad se encuentra totalmente aislada del resto de dependencias del Instituto de Medicina Legal, con el fin de evitar la contaminación a otras instalaciones contiguas. Permite realizar autopsias con total seguridad a fallecidos que puedan tener coronavirus o cualquier otra enfermedad infecciosa. Gracias a esta sala, se podrá obtener información precisa de como afecta el COVID-19 a nuestros cuerpos que será fundamental para la comunidad científica en la lucha contra el virus.

No es la única peculiaridad del edificio. Las 18 mesas de autopsia se pueden triplicar usando las 32 plazas de garaje. Totalmente preparadas para realizar autopsias en caso de necesidad. Pensado para grandes catástrofes o grandes accidentes.

El IML cuenta además, con dos salas frigoríficas de congelación colectivas y 123 individuales, con capacidad para albergar hasta 225 cadáveres. 10 laboratorios, aulas de formación, salas de rayos X, salón de actos, 61 despachos de trabajo y salas de descanso. En este edificio trabajan más de 380 empleados.