Isabel Galindo, enóloga del municipio de San Martin de Valdeiglesias, ha indicado que esta precipitación de la vendimia “no ha afectado a la calidad, pero que sí va a afectar a la planta, porque tiene que aguantar hasta finales de septiembre. La uva de por sí es temprana, pero ahora también es más sabrosa”.

Las cepas son de secano, muy duras, pero necesitan agua de forma urgente, puesto que se puede estropear el ciclo de la vida de los viñedos y, de esta forma, que las uvas de las siguientes campañas pierdan calidad.

“Se van a debilitar las cepas. Son como las personas y los momentos de estrés van a hacer que la planta se vea afectada”.

Un problema que solo se puede cortar con la llegada de lluvias. En esa zona la Comunidad de Madrid todavía no ha habido ninguna tormenta de verano que haya dado algo de tregua a los viñedos.