La apuesta de la Conferencia Episcopal Española por la transparencia, la centralidad de las víctimas y por instaurar una cultura de la prevención en el caso de los abusos sexuales ha quedado reflejada en el texto de la Instrucción pastoral aprobada en la Asamblea Plenaria del pasado mes de abril y presentada ayer en Madrid.

Esta Instrucción, la primera de esta naturaleza aprobada por una Conferencia Episcopal en el mundo, unifica la normativa en la lucha contra los abusos y, entre otros aspectos, garantiza la protección de las víctimas y denunciantes, y asienta los mecanismos de denuncia a las autoridades civiles. Es un texto que asume la evolución normativa que se ha producido en la Iglesia como expresión de la apuesta por la verdad de los hechos sin encubrimientos. Lo importante es que las víctimas de abusos sexuales sepan que la Iglesia es la primera que reconoce el daño causado y quiere acogerlas y acompañarlas en su sanación y reparación.

Como expresión de esa inequívoca apuesta por la claridad, este instrumento jurídico ha venido acompañado del primer informe público sobre los casos de abusos en el seno de la Iglesia en España, titulado “Para dar luz”, en el que se ofrecen los datos para comprender la magnitud y características de este fenómeno social. Hasta la fecha, las Oficinas de Protección de menores de las diócesis y congregaciones religiosas han recibido el testimonio de 927 víctimas sobre 728 victimarios que cometieron abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica a lo largo de los últimos ochenta años.