Todavía están vivas las impactantes imágenes del Papa Francisco besando los pies a los dirigentes de Sudán del Sur, uno de los países más pobres de África, en guerra civil desde su reciente independencia. Desde aquel encuentro en el Vaticano, los dirigentes enfrentados han abordado sus diferencias en un diálogo que, al final, ha desembocado en una promesa firme de reconciliación nacional. El acuerdo de paz debería poner fin a seis años de una guerra que ha costado cerca de medio millon de victimas y más de un millón de desplazados. No es la primera vez que se alcanza un acuerdo prometedor, pero hasta ahora siempre se ha visto frustrado debido a los intereses de las tribus y a los proyectos del presidente Salva Kiir y del futuro vicepresidente Machar.

Todo ha cambiado a partir de aquel insólito encuentro con el Papa, que ha manifestado su deseo de visitar el país cuando el acuerdo sea firme. Ahora el exrebelde Machar ha jurado fidelidad a la república ante numerosos líderes africanos. Por su parte, el presidente Kiir, al proclamar el comienzo de una nueva era y apelar a la población a reconciliarse y perdonarse, anunciaba la formación de un gobierno de unión nacional. Se hacen así realidad las palabras del Papa en aquel memorable encuentro, cuando les dijo que nunca se cansaría de creer que la paz era posible y de invitarlos a que se convirtieran en los « artesanos de la paz», como así ha sido.