En su mensaje de reconocimiento y felicitación a Joe Biden, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, José Gómez, hace un llamamiento a los nuevos líderes de la nación a ser pacificadores, promover la fraternidad y la confianza, aun pudiendo estar en desacuerdo en muchos aspectos. En ese mensaje, Monseñor Gómez subraya que Joe Biden es el segundo presidente católico en la historia de su país.

Biden se confiesa católico públicamente y reconoce el gran bien que la fe ha supuesto en momentos durísimos de su vida. Por otra parte, algunas políticas que promueve actualmente su partido se dan de bruces con la doctrina católica, en especial aquellas que tienen que ver con la promoción de la familia y la vida. El propio Biden entiende el aborto como un derecho que debe ser garantizado.

Ser católico no es ser siempre intachable en la conducta moral, por eso la conversión es siempre un camino abierto para todos. Ahora bien, es natural esperar una coherencia entre la fe profesada y el discurso público, más aún cuanto mayor es la responsabilidad del liderazgo asumido.

La llamada que los obispos hacen a Biden a trabajar juntos por el bien común es el camino adecuado; un trabajo que en el caso de los Estados Unidos de América remite a la hermosa visión de los misioneros y fundadores del país: “Una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión”.