LÍNEA EDITORIAL
En memoria de Miguel Ángel Blanco
La memoria de ese asesinato por parte de ETA ha sido, durante años, un referente moral para la sociedad española, pero hoy su recuerdo ya no concita los mismos apoyos

Línea editorial COPE: En memoria de Miguel Ángel Blanco
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Han pasado 26 años desde que ETA sentenció a muerte a Miguel Ángel Blanco. Un día antes de su asesinato, la banda terrorista había emitido un comunicado en el que pedía el traslado de todos los presos de la banda terrorista a las cárceles del País Vasco. La memoria de esos días ha sido, durante años, un referente moral para la sociedad española. La ciudadanía se movilizó contra ETA, se constituyó el Foro de Ermua, se denostó cualquier intento de negociación con la banda terrorista y se fortaleció la unidad PP-PSOE en la lucha antiterrorista. Hoy, desgraciadamente, el recuerdo de Miguel Ángel Blanco ya no concita los mismos apoyos. Las generaciones de españoles más jóvenes desconocen o simplemente ignoran las historias de sufrimiento causado por ETA.
Tampoco entre las fuerzas políticas la memoria de Miguel Ángel Blanco concita la unidad de antaño. Hay políticos que creen que la normalización política de Bildu y su entorno pasa, necesariamente, por olvidar que existen víctimas. Otros juegan a la división por razones de simple estrategia. Es verdad que ETA no asesina, pero la responsabilidad de sus militantes y pistoleros no se ha extinguido. ¿Quién debe reparar a las víctimas? ¿Quién debe facilitar la investigación de los crímenes que están pendientes de aclararse?
La memoria de las víctimas del terrorismo es parte sustancial de la memoria democrática de la sociedad española. El “espíritu de Ermua” quizás ya no pueda resucitarse, pero en memoria de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas de ETA es preciso, cuanto antes, alcanzar un acuerdo que impida que las fuerzas constitucionalistas sigan arrojándose el nombre de las víctimas a la cara.