La atención política en España se centra hoy en el debate de la moción de censura presentada por el partido VOX y en la que intervendrá como candidato a la presidencia Ramón Tamames, uno de los artífices de la Transición de 1978 desde su militancia, entonces, en el PCE. No habrá sorpresa en el resultado de la votación, y casi todo el discurso del candidato Tamames se conoce de antemano, pero el debate va a suponer el primer gran acto de campaña electoral de las municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Vox intentará ganar foco con esta iniciativa, pero también Sánchez aprovechará para mostrar la supuesta solidez de sus alianzas y vender su llamada “agenda social”, además de agitar el espantajo del miedo a la extrema derecha para movilizar a sus votantes. El PP, cuyo líder no estará presente en el hemiciclo, tratará de presentarse como la alternativa tranquila y solvente a la mayoría Frankenstein, con la intención de atraer el voto del centro-izquierda irritado con los desvaríos del 'sanchismo'.

En todo caso, esta moción de censura ha estado envuelta en un aire de irrealidad desde el comienzo, empezando por el perfil del candidato Tamames, que ha mostrado claramente sus discrepancias con el partido que le presenta, y que no pretende, en realidad, presidir ningún gobierno. Los motivos para censurar la acción de gobierno de Sánchez son serios y numerosos, pero cabe preguntarse si esta es la forma más eficaz de ejercer la censura o si estamos ante un nuevo episodio de desprestigio de nuestro sistema político.