LÍNEA EDITORIAL
No fue un accidente
En abril de 2013 la Fundación Robert Kennedy solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que investigara la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero

No fue un accidente
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En abril de 2013 la Fundación Robert Kennedy solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que investigara la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero. En la petición se alegó la responsabilidad del Estado cubano en la muerte, en un contexto de hostigamiento y persecución, de ambos disidentes. Payá y Cepero fallecieron en un sospechoso accidente de tráfico del que el Gobierno de Cuba siempre responsabilizó al español Ángel Carromero. El Informe final de la Comisión Interamericana dependiente de la Organización de Estados Americanos llega a una conclusión bien distinta. El Gobierno de Cuba, dice el Informe citado, fue responsable de la muerte de Payá y Cepero a través de agentes del Estado que les hostigaron, amenazaron y atentaron contra su vida hasta provocar el choque del vehículo en el que viajaban.
Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación e impulsor del Proyecto Varela, trabajó sin descanso a favor de la transición democrática en Cuba, reclamó la reforma política y la apertura desde dentro del sistema para evitar tanto el derramamiento de sangre como salidas de corte rupturista. Fue un católico convencido, un profundo conocedor de la Doctrina Social de la Iglesia y un demócrata reformista. Con toda seguridad era la persona más preparada y mejor dispuesta para liderar la transición a la democracia. La memoria de Payá y Cepero merece una investigación exhaustiva, el enjuiciamiento de los culpables, así como promover mecanismos para que casos así no se repitan. Con toda seguridad, nada de eso sucederá. Sin embargo, la verdad prevalece y merece ser reivindicada. Payá y Cepero fueron asesinados, y el castrismo es el responsable.