No es ésta la reforma necesaria

Esta semana se ha convalidado en el Congreso el decreto de ley de reforma de las pensiones. Es llamativo que se haya tramitado la reforma a través de un decreto-ley. El Gobierno dice que con esta reforma el sistema se hace sostenible. La cuestión no es si el sistema es sostenible, sino a qué precio se van a pagar las pensiones con la nueva reforma. En lugar de aprobar medidas para moderar el crecimiento del gasto, como hicieron los gobiernos anteriores, este Gobierno fía la sostenibilidad del sistema al aumento de los ingresos de la Seguridad Social.

Y no a través del crecimiento del empleo y la productividad, sino de las cotizaciones sociales, de lo que pagan las empresas y los trabajadores. Al pagar más cotizaciones disminuirá la renta disponible de todos los trabajadores y su calidad de vida.

La subida de cotizaciones tiene consecuencias negativas para los que están en paro porque se reduce el margen de cualquier actividad empresarial, disminuyendo su rentabilidad. Esto también reduce la competitividad exterior de la empresa española, que ahora mismo soporta un coste social superior en un 6% del salario bruto al soportado por las empresas la Unión Europea.

Las estimaciones del Gobierno no están bien hechas. Con el aumento de las cotizaciones se produce un incremento de ingresos previsto del 1,3 % del PIB. Eso no consigue compensar el aumento del gasto, que se eleva al 2,4%. La reforma elevará el déficit público en 1,1 puntos del PIB.