El uso del engaño en política es tan viejo como la política misma. Pero hoy, con el desarrollo de los medios de comunicación y las redes sociales, la mentira se ha convertido en un arma ideológica que se utiliza para dividir y enconar los ánimos de una sociedad perpleja y para consolidar las fidelidades a los partidos, sobre todo los que ejercen el poder desde posiciones de fragilidad.

Es lo que está ocurriendo con las escandalosas y documentadas mentiras que envuelven la destitución del coronel de la Guardia Civil, Pérez de los Cobos. El ministro Grande Marlaska ha mentido reiteradamente en sede parlamentaria sobre las causas de esa destitución y de las dimisiones de altos cargos de la Benemérita que la han acompañado.

La oposición y las asociaciones de jueces han pedido la dimisión del ministro, pero él se niega al contar con el respaldado del Presidente Sánchez. Y es que todo este asunto tiene que ver con la estrategia gubernamental que necesita eludir su responsabilidad en torno al 8-M, y necesita también el apoyo de los independentistas, para quienes Pérez de los Cobos era una pieza a batir. Es importante restablecer la verdad y el honor del coronel destituido por guardar el obligado secreto de un sumario judicial que investiga la acción del Gobierno en torno a la manifestación del 8-M pero, sobre todo, está en juego preservar la separación de poderes y el respeto a las instituciones como fundamento del sistema democrático.