El delito de trata de seres humanos es uno de los que desconocemos su magnitud real. El último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito calcula una cifra que ronda las 50.000 personas a lo largo y ancho de 148 países. La pandemia ha aumentado esta cifra. El hecho de que las víctimas hayan tenido más difícil acceder a los recursos necesarios para poder salir de la trata o denunciar, así como el aumento de la ciber-prostitución no hacen más que incrementar el número de personas atrapadas en las redes criminales.

Día a día aumenta el número de niños y niñas, estás últimas víctimas de exploración sexual, que son comprados y vendidos.

La ONG española Manos Unidas ha publicado hoy, 30 de julio, Día Mundial contra la Trata, un documento extenso sobre este fenómeno, centrándose en su experiencia en Filipinas, país que sirve como puerta trasera del continente asiático. Esta ONG española colabora allí con una asociación que ha conseguido rescatar a 350 niñas víctimas de la trata. La colaboración con socios locales permite trabajar directamente sobre el terreno, redoblar la eficacia y gestionar mejor los recursos, así como establecer relaciones estrechas con los Gobiernos y las administraciones públicas. Luchar contra la mercantilización de seres humanos es hoy un desafío transnacional que requiere de la colaboración de la sociedad civil, organismos públicos y comunidad internacional. De otro modo no habrá forma humana de hacer frente a uno de los negocios criminales que mayor rentabilidad económica genera a lo largo y ancho del mundo.