Madrid - Publicado el - Actualizado
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Dos de las principales instancias musulmanas del mundo han apadrinado en El Cairo una histórica declaración en defensa de las minorías cristianas en sus países y contra la instrumentalización de la religión con fines violentos, unos días después de la visita de una delegación vaticana a esa ciudad. Se trata de la Universidad egipcia de Al Azhar, considerada la principal autoridad académica del islam sunita, y del Consejo de los Sabios musulmanes, radicado en los Emiratos Árabes. El punto esencial de la declaración, firmada también por representantes de la rama minoritaria del islam, la chiita, es el reconocimiento de unos derechos de ciudadanía universales y el rechazo a cualquier forma de discriminación por motivos religiosos, lo que supone un avance trascendental en el mundo musulmán.También se insta a revisar la imagen de las demás religiones en los libros de texto escolares. En ese sentido la declaración es una magnífica noticia y un paso muy importante para la convivencia en un mundo crecientemente globalizado. Es verdad que no estuvo en la reunión Arabia Saudí y que hay mentalidades fuertemente asentadas muy difíciles de cambiar en la población, sobre todo cuando el nivel cultural es bajo. Pero podría tratarse de un punto de inflexión, como reacción, por un lado, al shock producido entre muchos musulmanes por la identificación entre islam y terrorismo, y por otro, gracias a la mano tendida por el Papa Francisco, muñidor de una especie de coalición de líderes religiosos contra la violencia.