

"La culpa de la octava crisis ferroviaria desde que Óscar Puente es ministro la tendría un misterioso comando de sabotaje, terroristas de ultraderecha con caretas de Aznar"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del martes 6 de mayo
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Hay una última hora y es que... España tiene luz. Los interruptores funcionan y los trenes circulan, al menos de momento. A partir de ahora vamos a tener que empezar así los programas informativos: comunicando la más absoluta normalidad como si fuera una excepción. “Españoles, que sepan ustedes que hoy también tienen luz y agua, como cualquier europeo, así que no se quejen y sigan pagando impuestos”. Gobierno de España.
Mira, una cosa es que los españoles se tomen con civismo y hasta humor un apagón o la enésima avería de Renfe. Y otra cosa es pretender que nos acostumbremos a vivir como súbditos de una república bananera, sin exigir responsabilidades por la tercermundización de España. Porque esto es lo que está pasando: que nos ponen impuestos del primer mundo, pero nos prestan servicios del tercero. Y la culpa es de cualquiera menos de un Gobierno que lleva siete años abonado a la inestabilidad, al enchufismo, a la incompetencia.
La culpa del apagón, según Sánchez, es de las empresas privadas, no del dogmatismo renovable y de la amiguita socialista a la que colocó al frente de Red Eléctrica, empresa controlada por Moncloa. Y ahora la culpa de la octava crisis ferroviaria desde que Óscar Puente es ministro del ramo la tendría un misterioso comando de sabotaje, integrado por terroristas de ultraderecha con caretas de Aznar. No te rías: esta es la tesis que Óscar Puente quiere que creas. Porque así el Gobierno de progreso parece una víctima y no el responsable del caos. Pero no existe tal conspiración. Como no existía el “contubernio judeomasónico” que atizaba Franco cada vez que el régimen tenía un problema. La cruda realidad es la de un Ejecutivo sobrepasado por las circunstancias, sin mayoría para aprobar presupuestos, diseñado para la supervivencia a través de la propaganda, incapaz de gestionar con solvencia, experto en colonizar puestos a dedo en vez de poner a personas formadas e independientes a gestionar el transporte o la energía o la seguridad.
La culpa es de cualquiera menos de un Gobierno que lleva siete años abonado a la inestabilidad, al enchufismo, a la incompetencia"
Copresentador de 'Mediodía COPE'
¿Por qué no había cámaras o agentes protegiendo las zonas de vía en Toledo donde actuaron los cacos? ¿Basta una cuadrilla de apandadores del cobre para paralizar la conexión entre las dos comunidades más pobladas de España: Madrid y Andalucía? ¿De verdad los ciudadanos de la cuarta economía del euro deben resignarse a subirse a un tren con la incertidumbre de si llegarán hoy o mañana a su destino? ¿Y de verdad tenemos que conformarnos con la ausencia sistemática de rendición de cuentas, con la mentira, con el señalamiento de enemigos fantasiosos, con el hecho de que aquí no dimita ni Perry?
Claro, el Ministerio de Transportes es un lugar por donde han pasado sucesivamente José Luis Ábalos, el ciclón de Teruel, y Óscar Puente, el tuitero más rápido al oeste del Pisuerga. A ninguno de los dos los eligió Pedro por su aptitud técnica en materia de infraestructuras. Igual que Jéssica y Claudia -que por cierto hoy tenía que declarar ante el Supremo, y no ha acudido porque aduce que no le llegó la citación- tampoco Jéssica y Claudia -digo- fueron colocadas en el Ministerio por sus destrezas ingenieriles. Su mentor, Ábalos, fue ascendido a titular de Transportes por ser el escudero fiel de la moción de censura y de los viajes en el Peugeot. Y Óscar es solo un soldado de la crispación, el ariete contra la derecha que Pedro necesita para huir hacia adelante en cada crisis, en medio de la polvareda de la polarización perpetua.
Pero el nepotismo, la abolición de la moral pública, la negación de la responsabilidad propia, el recurso paranoico al enemigo fascista para vender un relato al público zurdo. Todo eso tiene un precio en forma de dinero público, tiempo privado, calidad democrática y calidad en el servicio. Y ese precio lo estamos pagando todos los ciudadanos. También los que intentan consolarse pensando que al menos no gobierna la derecha".