El siguiente objetivo de Trump, Ucrania
Sería bueno que Trump comprendiese que Putin no cede ni ante los halagos ni ante las vagas presiones

Escucha la Línea Editorial del viernes 17 de octubre
Madrid - Publicado el
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Una vez que Donald Trump ha sacado adelante su plan de paz en Oriente Próximo, el siguiente reto al que se enfrenta es Ucrania. Así cumpliría su promesa de haber acabado con “siete guerras en siete meses”, como repite machaconamente ante la opinión pública americana. La larga conversación de ayer con Vladímir Putin, y el encuentro de esta tarde con Volodímir Zelenski, son los primeros movimientos para intentar que las partes se sienten en la mesa y comenzar a diseñar el esperado alto el fuego. Nada más llegar a la Casa Blanca, Trump prometió acabar con esta guerra en 24 horas. Pero se ha topado con un hueso duro de roer. Su aparente sintonía con Putin no ha dado ningún resultado, más bien parece que el líder ruso le tiene tomada la medida. Tampoco fue un prodigio de inteligencia la humillante escena con Zelenski en el despacho Oval del pasado febrero.
Ahora Trump presiona a Putin con la promesa, nada firme, de facilitar a Zelenski los poderosos misiles Tomahawk, una aspiración permanente de Ucrania. Sería bueno que Trump comprendiese que Putin no cede ni ante los halagos ni ante las vagas presiones. Para su régimen, acabar con la soberanía de Ucrania es una cuestión existencial, y hay que hacer las cuentas con eso.
Europa está sufriendo estas semanas las permanentes escaramuzas provocadoras de Rusia y, sin embargo, Trump vuelve a dejarla al margen. Pero si la Unión Europea ha tenido un papel insignificante en el fin de la guerra en Gaza, no puede suceder lo mismo en Ucrania, porque también está en juego la estabilidad y la seguridad europeas. Esperemos que, más allá de las bravuconadas, el equipo de Trump entienda esto.