De nuevo los coptos

Ayer por la mañana empezó a difundirse la alerta. Varios gobiernos occidentales informaban a sus nacionales residentes en Egipto del peligro de un atentado terrorista. Hoy por la mañana ese atentado se ha cobrado la vida de veintiséis cristianos coptos que viajaban en autobús. Han sido acribillados a sangre fría. La minoría copta en Egipto vive en peligro continuo. Ni los esfuerzos del Gobierno, ni la voluntad de los musulmanes que alientan la convivencia interreligiosa son suficientes para proteger sus vidas. El objetivo de los terroristas es generar el pánico y la fractura social en un país que el fundamentalismo islámico considera suyo.El gobierno egipcio tiene ante sí la difícil tarea de proteger a todos sus ciudadanos, también a los cristianos como parte sustancial de la nación. Los coptos son buenos ciudadanos, que aman a su país y no van a dejarlo bajo presión. Occidente debe apoyar la buena dirección emprendida por El Cairo en esta materia, y la Iglesia universal debe tomar conciencia del sacrificio de los cristianos en esa tierra, para sostenerlos en su fidelidad y para aprender de su testimonio.