Nueva matanza de católicos en Nigeria

Este domingo, durante la celebración de Pentecostés, la comunidad católica de Nigeria ha sufrido un nuevo ataque terrorista. Ha sido en la iglesia de San Francisco Javier, en el Estado sureño de Ondo, y ha costado la vida al menos a medio centenar de personas, entre ellas varios niños. En Nigeria, por desgracia, los ataques contra los cristianos han dejado de ser noticia. Ningún grupo terrorista ha reivindicado el ataque hasta el momento, aunque lleva un sello conocido, que suele tratar de reivindicarse con particular brutalidad en fechas especialmente significativas para los cristianos.

Si se confirma un ataque yihadista, sería especialmente preocupante porque ese terrorismo actuaba hasta ahora con impunidad en el norte del país, de mayoría musulmana, pero esta vez habría golpeado en el sur, donde vive la mayor parte de los 98 millones de cristianos que habitan en Nigeria, casi la mitad de sus 200 millones de habitantes.

La comunidad que ha sido atacada está literalmente devastada. El Papa Francisco ha pedido a toda la Iglesia rezar intensamente por ellos. Por otra parte, las autoridades nigerianas deben tomarse en serio la violencia que amenaza con convertir a uno de los países más poblados y dinámicos de África en un estado fallido. También la comunidad internacional debería sentirse concernida por este horror que empieza a marcar cotidianamente la vida de varios países africanos.