Marruecos llama al confinamiento de su población tras el aumento de personas contagiadas por el coronavirus. El último balance era de 54 personas infectadas y un fallecido. Cierto que el país no ha alcanzado un número muy elevado de víctimas si se compara con Europa y particularmente con la vecina España, pero las consecuencias de la propagación del virus serían demoledoras. Fuentes estatales aseguran que el país magrebí sólo cuenta con 250 camas para atender los enfermos del virus y los equipos sanitarios adolecen de medios para combatir la pandemia. En este sentido, la prevención es la que debe imponerse para evitar un contagio mayor.

Los ministerios del Interior y Sanidad han pedido en un comunicado conjunto a los marroquíes “aislamiento sanitario en sus domicilios, así como limitar sus desplazamientos”. Aunque no se trata todavía de una medida impuesta, se entiende como un orden social con la finalidad de que la población tome consciencia de la gravedad del virus y así limite sus salidas al exterior. Las autoridades desconocen por el momento el alcance del coronavirus en el país y, por ello, insisten en adelantarse a una situación de mayor alarma.

Las mezquitas, por decisión del Rey Mohamed VI, han sido cerradas; se han impedido las aglomeraciones que superen las 50 personas; las cafeterías, los restaurantes, los baños árabes (uno de los lugares sociales más frecuentados por los marroquíes junto con los lugares de culto) y los centros deportivos también se han visto obligados a cerrar sus puertas. Igualmente, el Gobierno ha decretado que escuelas y universidades sigan conduciendo el trabajo telemáticamente y, por supuesto, se mantienen interrumpidas las comunicaciones aéreas y terrestres con numerosos países impactados por el coronavirus. Sólo los turistas españoles que aún quedaron atrapados en suelo marroquí podrán regresar a España  a través del paso de Tarajal que linda con la ciudad autónoma de Ceuta y mediante la frontera de Beni-Enzar que separa Marruecos de Melilla.

Los efectos económicos se están sintiendo desde hace 48 horas en Marruecos, en especial, en el sector turístico, el más golpeado por el coronavirus. Una crisis sin precedentes a la que las autoridades deberán hacerle frente teniendo en cuenta la pérdida de seis millones de turistas previstos para los próximos meses, desde marzo hasta diciembre y que se traduce en más de un millón de euros.  

Para paliar el desastre económico que se presenta en un cortísimo horizonte, el Rey de Marruecos anunció el pasado lunes la creación de un “Fondo Especial para la Gestión de la Pandemia” que cuenta con una aportación de 1.000 millones de dírhams (unos 100 millones de euros).