Alemania ha iniciado el desconfinamiento. Y lo ha hecho, con Merkel a la cabeza, empezando con una primera fase que permite abrir comercios de no más de 800 metros cuadrados en aquellos estados que tengan una incidencia baja de la pandemia. Mientras, los colegios del país se comienzan a preparar para su reapertura pero con la vista también en la incidencia del COVID-19 en cada región.

Cabe recordar que la exigencia de la canciller alemana no ha sido tan férrea como ha sucedido en nuestro país. En Alemania se permitía salir a los habitantes para pasear o hacer deporte desde el inicio de la crisis sanitaria en sus fronteras.

No obstante, el desconfinamiento está teniendo consecuencias ya visibles en los datos que reflejan la expansión del coronavirus en Alemania. Las autoridades sanitarias han avisado: la tasa de contagio ha alcanzado el 1%. Esto se traduce en 1.144 casos nuevos que suponen un ligero aumento, tras varios días moviéndose la cifra por encima de los 2.000 afectados.

Por este motivo, han instado a la población a que continúen cumpliendo con las restricciones y las medidas de distanciamiento.

Lothar Wieler, presidente del Instituto Robert Koch (RKI), una eminencia en epidemiología ha lanzado un llamamiento a que la ciudadanía no baje la guardia y permanezca atenta. “Juntos lo hemos estado haciendo bien”, aseguraba.

El balance total de contagios es de 156.337, con 138 muertos en las últimas 24 horas.

Baviera, con 41.406 contagiados y 1.681 fallecidos, es el estado más afectado. Le siguen Renania del Norte-Westfalia (32.184 positivos y 1.171 muertos) y Baden-Wurtemberg (31.196 contagios y 1.269 fallecidos). Berlín, la capital, registra 5.669 casos y 127 fallecidos.

Este balance aparece después de las pesimistas estimaciones económicas emitidas este viernes en el país, donde la confianza de sus empresarios se ha desplomado en abril de manera "catastrófica", hasta alcanzar un grado de pesimismo como nunca antes, según refleja el índice elaborado por el Instituto de Investigación Económica de Múnich (IFO), que ha caído a un mínimo histórico de 74,3 puntos, frente a los 85,9 del mes anterior.

En el sector servicios el ánimo de los empresarios ha caído a su nivel más bajo de la serie histórica, con un pesimismo sin precedentes tanto a la hora de evaluar su situación actual como sus perspectivas de futuro. Por su parte, en el comercio la evaluación de la presente coyuntura registró su mayor caída de toda la serie y las expectativas se hundieron a su mínimo histórico.