Nunca el voto de los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro (UPN) había sido tan decisivo. Los dos diputados de UPN, Sergio Sayas (Buñuel, 1979) y Carlos García Adanero (Talavera de la Reina, 1967), votaron en conciencia contra el decreto de la reforma laboral saltándose así la disciplina de la dirección de su partido, que había acordado con el Gobierno de Pedro Sánchez apoyar dicha norma a cambio de una serie de contraprestaciones para Navarra.

La formación, presidida hoy por Javier Esparza, fue fundada en 1979 cuando Jesús Aizpun, José Ángel Zubiaur, María Isabel Beriáin, Ignacio Javier Gómara, Ramón Echeverría, Feliciano Aramendía y Javier Chorraut firmaron el acta fundacional de UPN con el objetivo primordial de que Navarra mantuviera su régimen foral y el carácter de comunidad propia y diferenciada, integrada en España.

Durante ese mismo año, el partido de centro reformista y social se presentan por primera vez a unas elecciones, obteniendo el respaldo de 28.428 electores. Es entonces cuando UPN comienza a trabajar en uno de sus objetivos políticos: la derogación de la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución Española, que contempla la posibilidad de que Navarra se integre en el País Vasco.

Según defienden desde los institutos del partido, son muchas las razones que justifican este posicionamiento. “El haber sido una concesión al nacionalismo vasco; que Navarra sea la comunidad más histórica de España y nunca haya formado parte de una entidad política junto con la Comunidad Autónoma Vasca; el propio carácter provisional de la disposición; que sea un instrumento excepcional de integración no contemplado para otras comunidades, etc”.

El primer Gobierno navarro bajo las siglas de UPN

El historial de las alianzas en la formación navarra comienza en 1982, cuando UPN se presentó a las elecciones de aquel año en una candidatura conjunta con Alianza Popular. El bloque consiguió romper la barrera de los 76.000 votos. En las elecciones forales del 8 de mayo de 1983, UPN escaló hasta convertirse en la segunda fuerza política de Navarra. Ocho años después, durante la cita electoral de mayo de 1991, UPN conseguiría por fin su primer gran logro en unos comicios: gobernar Navarra por primera vez en su historia al haber alcanzado los 20 escaños en el parlamento navarro.

Tras las elecciones autonómicas de 1995, el PSOE volvería a presidir el Gobierno navarro gracias al apoyo que sumaron entre PSN, Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) y Eusko Alkartasuna (EA) para hacer presidente a Javier Otano. El socialista ocupó el cargo hasta junio de 1996, momento en que dimitió debido a las acusaciones de corrupción por el llamado ‘Caso Otano’. Le sucedería en el cargo el diputado por UPN Miguel Sanz para iniciar una etapa de Gobierno en Navarra que duraría hasta 2015.

Bajo el lema ‘El centro social de Navarra’, UPN se enfrentaba al considerado como el ‘congreso del relevo’, una apuesta vital por la continuidad de la formación más allá de sus fundadores. La formación navarra, entre los días 3 y 4 de febrero de 1997, encontró tras 18 años de presidencia de Javier Aizpún su renovación en la figura de Miguel Sanz.

Las elecciones generales del 12 de marzo de 2000 supusieron otro triunfo para UPN, que concurriría nuevamente junto con el Partido Popular del presidente José María Aznar. La coalición logró tres diputados y tres senadores, es decir, uno de cada dos votantes navarros optó por la candidatura UPN - PP para seguir defendiendo su proyecto de Fuero como sinónimo de “libertad, progreso y solidaridad” lealmente integrado en la nación española.

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Una estéril victoria electoral

A pesar de ganar con claridad las elecciones al Parlamento de Navarra de 2015, las primeras a las que concurría el actual líder de la formación Javier Esparza tras haber sustituido al frente de la formación a Yolanda Barcina en la asamblea general de aquel año, UPN no pudo seguir al frente del Gobierno navarro. Miren Uxue Barcos, de Geroa Bai (GBai), consiguió ser investida presidenta gracias al apoyo de EH Bildu, Podemos, Izquierda-Ezkerra y la abstención de los socialistas. Los dos diputados del PP y los 15 de UPN no pudieron evitar que el nacionalismo vasco gobernara la Comunidad Foral de Navarra.

En el año 2019 el Consejo Político de UPN aprobó concurrir a las elecciones municipales y forales bajo la coalición Navarra Suma, integrada por los partidos políticos Unión del Pueblo Navarro, Ciudadanos y Partido Popular de Navarra. Este acuerdo suponía que UPN y PP se presentarían juntas de nuevo a unas elecciones municipales y forales desde 2008, fecha en la que se rompió el pacto político y electoral que unía a ambas formaciones desde 1991.

Javier Esparza, presidente de UPN, defendió el acuerdo en su objetivo de unir fuerzas “contra el nacionalismo vasco” al recordar lo ocurrido en 2015. No en vano, el acuerdo precisaba que el PP respetaría el régimen foral y apoyaría la supresión Disposición transitoria cuarta de la Constitución Española que abre la puerta a la anexión de Navarra al País Vasco.

El 20 de marzo de 2019, UPN y Ciudadanos hicieron público que el nombre de la coalición sería Navarra Suma y sus siglas NA+. UPN y Ciudadanos alcanzaron un acuerdo por el cual se repartirían los puestos en las listas electorales, sin olvidar el pacto previo alcanzado entre UPN y el PP, por el que el partido de Esparza se comprometió a ceder algunos de los puestos que le correspondiesen a candidatos del PP.

Los resultados no tardaron en llegar y en las elecciones generales de España de abril de 2019, la coalición Navarra Suma se alzó como la formación política más votada en Navarra. Del mismo modo, NA+ resultó ser la fuerza vencedora en las elecciones al Parlamento de Navarra de 2019 alcanzando el 36,57% de los votos, aumentando en cuatro puntos el volumen de voto alcanzado por separado por los partidos de la coalición en las elecciones de 2015.

Sin embargo, este resultado no fue suficiente para evitar el acuerdo de gobierno firmado entre PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra para elegir presidenta de Navarra a María Chivite. Navarra Suma pasaría a desempeñar la labor de oposición.