Existe una materia prima muy preciada en todo el mundo. Sobre todo en los últimos tiempos, por el conflicto entre Ucrania y Rusia. Se trata del níquel, un metal que ha sufrido este martes una subida del 250% acumulada en la Bolsa de Londres. Su precio se vio incrementado hasta un 111% durante la jornada, llegándose a negociar incluso por encima de los 100.000 dólares la tonelada.

En el año 2020, el níquel costaba unos 14.000 euros la tonelada. Dos años después, y antes del conflicto, su precio por tonelada rondaba los 30.000 euros. Cuando se produjo el estallido de la guerra, superó los 48.000 dólares. ¿Por qué ha subido tanto su valor? ¿Qué hay detrás de estas cifras? ¿Realmente es tan valioso? ¿Cuál es su utilidad? ¿En qué productos está presente?

Para comprender este aumento del precio, también hay que tener en cuenta el siguiente dato: Rusia representa alrededor del 10% de la producción mundial de un metal que se encuentra, además, en contados países de todo el mundo. Europa no tiene yacimientos de níquel aunque es posible recuperarlo de productos ya fabricados. Así intentan 'rascar' níquel las industrias que necesitan este metal para su producción.

Es el tercer metal que más se recicla, de hecho, seguido del oro y del platino. Indonesia es el principal productor de níquel y ya el año pasado anunció que comenzaría a restringir las exportaciones. Más ejemplos que demuestran que es un material muy escaso (lo que hace que se produzca ese encarecimiento del precio, además de la guerra que permanece activa 14 días).

"ES FUNDAMENTAL EN LA FABRICACIÓN DE BATERÍAS DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS E HÍBRIDOS"

Félix López es investigador científico del CSIC. Este experto ha reflexionado sobre esta escasez de níquel, realizando también una definición conceptual y explicando para qué se utiliza. "Es un metal de transición que tiene la propiedad de combinarse con otros metales formando el acero inoxidable que se utiliza en la fabricación de cuberterías, electrodomésticos o estropajos".

Desde hace algunos años, cuenta López a COPE, "estas aplicaciones tradicionales del níquel se han sustituido por otras que tienen que ver con la descarbonización y que está provocando la subida de precio de este metal y la falta de suministro porque es un elemento fundamental en la fabricación de baterías de vehículos eléctricos e híbridos. Esto provoca que haya un mayor consumo de níquel destinado a todo lo relacionado con la movilidad eléctrica".

El economista Juan Ignacio Crespo indicaba en eldiario.es que lo sucedido con el níquel es "mezcla de que mucho sale de Rusia y de pánico comprador por cobertura de posiciones cortas. No es un problema generado en los mercados sino por la guerra y las sanciones; esta vez lo financiero sufrirá, pero se origina en lo material".

Un automóvil eléctrico de última generación necesita alrededor de seis veces más recursos minerales que un automóvil convencional. Esto provoca que el níquel se convierta en un metal muy escaso. Ahora, ha asegurado este investigador del CSIC, vemos esa falta de níquel aunque también se apreciará "en otros metales que intervienen en la movilidad eléctrica, generación de electricidad... y vamos a tener un problema importantísimo en un breve espacio de tiempo".

¿Cuál es la solución entonces? El reciclaje quizás o la investigación de otros materiales podría ser la 'llave' para hacer frente a esa falta de suministro de metales como el níquel.

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