En España hay más de 12.300 menores extranjeros que viajan solos, según el registro oficial del Ministerio del Interior. Un dato que no refleja la realidad, debido a los muchos menores extranjeros que no han sido identificado por el momento y que se encuentran en nuestro país. Las grandes urbes, como Madrid o Barcelona, son las principales receptoras de estos jóvenes.

El caso catalán es especialmente llamativo, ya que un total de 6.261 niños y jóvenes inmigrantes no acompañados, han llegado a Cataluña entre enero de 2017 y junio de 2019, una cifra que ha desbordado la capacidad de acogida y ha causado tensión en varias localidades donde se alojó a estos chicos por diversas incidencias. En España, este fenómeno, está mayoritariamente asociado a niños y adolescentes procedentes de los países del Magreb y, fundamentalmente, de Marruecos y Argelia.

Su edad, unido a la falta de apoyo de alguien adulto, hace que automáticamente se vean expuestos a situaciones de riesgo, que acaban favoreciendo, en algunos casos, un camino hacia la delincuencia. Pero, ¿Cuál es el recorrido que hacen estos menores a su llegada a España?¿A qué procesos están expuestos?¿Son deportados o se les otorga un lugar de residencia? A continuación, vamos a descubrir en profundidad un fenómeno social que no para de crecer en nuestro país.

¿Cuál es el recorrido legal de un MENA a su llegada a España?

Cuando la policía localiza a un extranjero no acompañado cuya minoría de edad no puede ser establecida con seguridad por la falta de documentación o de su apariencia física, éste es entregado a los servicios de protección de menores competentes, para que, junto con los servicios médicos competentes, se resuelva la incógnita.

Una vez determinada la edad, si se tratase de un menor, el Ministerio Fiscal decidiría su puesta a disposición de los servicios competentes de protección de menores, poniendo en conocimiento de ello al Delegado o Subdelegado del Gobierno correspondiente.

Repatriación 

La Delegación y Subdelegación del Gobierno del territorio en el que se encuentre el menor será la encargada de llevar a cabo los trámites relativos a la repatriación. Si finalmente se opta por la devolución del menor a su país, ésta se efectuaría siempre mediante la reagrupación familiar o la puesta a disposición del menor ante los servicios de protección de menores del país de origen.

Residencia española

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De acreditarse la imposibilidad de repatriación del menor, y en todo caso transcurridos nueve meses desde que el menor haya sido puesto a disposición de los servicios competentes de protección de menores, se procedería a otorgarle la autorización de residencia. Para ello, han de presentar una serie de documentación, que muchos menores no disponen.

¿Quiénes son los responsables de la protección de estos menores?.

La tutela de los niños es de las comunidades autónomas. Pero estas no pueden impedir que los menores se desplacen de unas a otras o, incluso, que abandonen el país. Algo que convierte dicha tutela en una situación muy complicada de resolver para las administraciones. También actúan como tutores los servicios de protección de menores.

En definitiva, multitud de requisitos y procesos burocráticos a los que se ven expuestos adolescentes, a veces niños, que huyen de sus lugares de nacimiento, en su mayoría, con la intención de encontrar la prosperidad que en sus países no tendrían nunca. Ahora debemos buscar las formas de que estos menores se adapten a nuestras sociedades, sin que sean discriminados y evitando una deriva que les lleve por el camino de la conflictividad. Algo que, sin duda alguna, supone todo un desafío.