Las multinacionales farmacéuticas siguen experimentando crecimientos de vértigo. Pfizer, Moderna, BioNTech, AstraZeneca y Johnson & Johnson han encontrado en el covid-19 una verdadera oportunidad de negocio que rompió la barrera de los 65.000 millones de euros en 2021 demostrando, además, una gran capacidad de producción y logística.

Sin ir más lejos, el pasado martes la gran estrella del día en el parquet madrileño fue PharmaMar. La empresa farmacéutica española se disparó cerca de un 18 por ciento tras conocerse que su compuesto Plitidepsina muestra una potente actividad antiviral contra la enfermedad en todas sus variantes. Y es que hay muchas vacunas en el mercado, pero pocos fármacos contra el coronavirus.

Los casi 6.000 millones de vacunas vendidas en todo el mundo han disparado los beneficios de estos gigantes mientras que su cotización en Bolsa estalla cada vez que se anuncia la necesidad de una nueva dosis para luchar contra los efectos del virus y sus variables o la inminente aprobación de una posible cura.

Según recoge Bloomberg, compañía estadounidense de asesoría financiera y media bursátil, las acciones de Pfizer en la Bolsa de Nueva York crecieron un 23 por ciento hasta los 47,46 euros en noviembre, el mejor mes de la compañía en tres décadas. Esto supone la revalorización de sus acciones en un 56,42 por ciento desde el 1 de enero de 2021. Además, la unión de la farmacéutica con sede en Nueva York y su socia alemana BioNTech, que había centrado su investigación sobre el ARN mensajero, acaparan más del 72 por ciento de las ventas.

Otra de las multinacionales más favorecida ha sido Moderna con una revalorización de sus acciones del 137,27 por ciento desde el principio del año pasado y con retornos que fueron desde 151.39 por ciento. La biotecnológica pretende alcanzar una facturación de entre 15.000 y 18.000 millones de dólares al cierre el año por la producción de cerca de 800 millones de inyecciones.

Por su parte, AstraZeneca y a Johnson & Johnson son las compañías farmacéuticas que están reportando menores beneficios. Aun así, las multinacionales prevén ingresar 2.000 y 2.300 millones de euros, respectivamente, por la producción de sus vacunas contra la covid-19.

Las farmacéuticas españolas, por el momento, fuera del negocio

En el caso de España, la situación de las farmacéuticas nacionales no es tan halagüeña como la de las grandes compañías extranjeras. La farmacéutica española Reig & Jofre se disparó en Bolsa hace un año al anunciar que produciría la vacuna de Janssen. El retraso en el procedimiento ha provocado que aún no haya comenzado su fabricación, circunstancia por la que acumula desde el mes de julio un retroceso del 40 por ciento en el parquet.

El caso contrario es el de Rovi, que alcanzó un acuerdo con Moderna para la producción de viales para Moderna. La empresa, que acaba de dar el salto al Ibex-35, prácticamente ha duplicado su valor en el mercado en el tiempo de un año. De los 2.125 millones de euros con los que cerró 2020 a los 4.137 actuales. Atrás quedan ya las pérdidas por la detección de partículas metálicas en un lote de viales destinados al mercado japonés.

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Por su parte, la corporación farmacéutica y biotecnológica Hipra recibió el pasdo 15 de noviembre la autorización por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para iniciar la fase IIb del ensayo clínico de su vacuna contra la covid-19. La previsión es que la vacuna pueda estar disponible entre el primer y segundo trimestre de 2022, por lo que la farmacéutica pactó la entrega de 50 millones de dosis a Vietnam.