Crecen los contagios a ritmo acelerado en nuestro país. Rozan ya los 700.000 desde el inicio de la Pandemia. Según el último recuento de Sanidad, el coronavirus ha dejado 11.289 nuevos casos y 130 fallecidos en las últimas 24 horas. Una situación en especial alarmante en puntos de España como Madrid, donde el gobierno autonómico ha confinado 37 zonas en 6 distritos y 8 municipios, y no descarta extender la medida a otros puntos.

Ante estas restricciones en diversos territorios, nos preguntamos si este escenario puede ser la antesala de un segundo confinamiento para toda España. El virólogo y profesor de microbiología de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, cree que “todavía no”. Bajo su parecer, “estaríamos aún a un nivel en el que podríamos contener” el aumento de casos “sin llegar a un confinamiento global”. Para ello, apuesta por medidas como “confinamientos parciales o más locales” como los que estamos viendo en los últimos días. Restricciones que deben garantizar dos aspectos: “hacer ver que esto va en serio” a aquellos miembros de la sociedad que no tengan capacidad de entender el problema, y “limitar el contacto con aquellas personas que puedan estar expuestas a positivos”.

Un planteamiento con el que coincide el jefe médico de COPE, Esteban Pérez Almeida, que no descarta “una fase 1” como ya han hecho distintos puntos de nuestra geografía. Insiste en la importancia de controlar los lugares de ocio y “limitar los movimientos”. Por lo tanto, por ahora descarta una fase 0, es decir, un confinamiento absoluto como el que vivimos de marzo a mayo, sobre todo “por las consecuencias económicas” que este pueda tener.

Por su parte, Carlos Catalán, director asistencial de Ribera Salud, empresa encargada de los test masivos de Torrejón de Ardoz en junio, considera que “las decisiones se tienen que tomar cuando toca” y con “la intensidad” que les corresponde. “Las decisiones hay que tomarlas ahora, y se ha hecho en Madrid, Cataluña o Aragón. Vamos a esperar que esta vez no haya que llegar a una medida extrema, y el estado de alarma es el extremo. Hubo que decretarlo en marzo porque todo estaba desbordado y las decisiones llegaron muy tarde”, explica.

Quien elimina casi en absoluto la posibilidad de un confinamiento en la situación actual es el epidemiólogo Vicente Soriano. Confía en que los test rápidos ayuden a evitar esta situación: “los resultados tardan 30 minutos y son mucho más baratos. Deben venderse en farmacias y ayudarán a aislar los casos positivos más rápido”. Soriano estima que se “alcanzará una meseta de nuevos contagios y fallecidos en unas semanas” gracias a las medidas que se están tomando. Además, poco a poco “nos moveremos en dirección a aceptar un riesgo asumible” de contagio.

RADIOGRAFÍA ACTUAL: EMPIEZA LA PRESIÓN EN LOS HOSPITALES

Acumulamos 10.755 personas ingresadas por COVID-19, de los que 1.436 permanecen en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Si trazan un dibujo del panorama actual, los expertos coinciden en un punto: hay que poner el foco en la atención primaria y los hospitales que están empezando a notar la presión asistencial.

Para el virólogo Estanislao Nistal, si comparamos el número de ingresos hospitalarios diagnosticados por COVID y el número de ocupación de camas en UCI respecto a la primera ola, “nos encontramos como a principios de marzo”. Recuerda que en ese momento “estábamos muy cerca del confinamiento”, por lo que “hay que tener mucho cuidado” y ver si somos capaces “de contener esta situación”.

El doctor Esteban Pérez Almeida también pone el foco en “los tres diques para la contención del virus”: atención primaria, hospitales y, sobre todo, UCI. En el caso de la atención primaria, “vemos como hace ya algunas semanas que está bastante colapsado”. En los hospitales, “cada día aumenta el número de camas” por pacientes COVID, pero en el caso de las UCI, “está aumentando de una forma más que preocupante”. Si esto no se controla “podría colapsar” y entonces sí que el Gobierno se vería obligado a tomar medidas más drásticas.

En este sentido, el epidemiólogo Vicente Soriano advierte de que “falta un aspecto importante que es reforzar el sistema sanitario”, tanto plantillas, “formación en los hospitales y en especial la atención primaria”. Una situación que “debería haberse previsto mejor”. En este punto, es “buen momento” para mejorar “la recogida de información a nivel nacional”, un trabajo “que debe ser de forma centralizada”. También apuesta por la colaboración con la sanidad privada “como el ejemplo de países con mejor control de la pandemia como Alemania”. Y, por último, hacer caso a los médicos. “Hay que profesionalizar el abordaje de la situación y ponernos en manos de los expertos. La función de los políticos es implementar lo que dicen los médicos que son los que saben”, ha sentenciado.

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LA CLAVE: AGILIZAR LA DETECCIÓN

En la actualidad se están haciendo más test que durante la primera ola. Y la traducción es que el número de casos detectados es mayor. Un mensaje que Sanidad nos ha repetido de forma continuada. Aun así, sigue siendo necesaria más rapidez en la detección de los positivos para atajar el crecimiento de casos. “No se están haciendo los test con la rapidez que se requiere. Las pruebas tienen el fin no solo de detectar si una persona está infectada, sino también de detectarla lo más pronto posible y para evitar que esa persona infecte a otra. La rapidez en el sentido de diagnóstico es fundamental”, explica el virólogo Estanislao Nistal. Tardar más de lo previsto en obtener el diagnóstico impide que haya “un trazado de contactos que hayan podido estar expuestos a la persona infectada”. Tener “la capacidad de hacer test y la capacidad de hacer rastreo” para controlar que en los primeros de la infección el positivo no expanda el virus puede cambiar mucho la situación.