El Gobierno cesará este martes a Antonio Hernández, mano derecha de Paco Salazar en Moncloa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha atribuido a un “pequeño error” la falta de diligencia en la gestión de Ferraz de las denuncias de acoso sexual contra Paco Salazar. Estas declaraciones, realizadas sin micrófonos delante, han generado un profundo escepticismo en las filas socialistas, donde resumen el sentir general con una frase: “Las cosas suelen ser como parecen”.

El disgusto y la angustia recorren un partido que clama por una resolución urgente de esta crisis. Crece la convicción interna de que ha existido un intento de tapar el escándalo, y gran parte de los señalamientos apuntan directamente a la secretaria de Organización, Rebeca Torró.

En un movimiento para contener la crisis, Sánchez ha entregado la cabeza de Antonio Hernández, quien ocupaba un puesto como encubridor de Salazar en La Moncloa. Esta decisión se interpreta como un intento de atajar el escándalo que afecta directamente al círculo cercano del presidente.

La ausencia de ministros clave

La tensión coincide con la última sesión de control del año en el Congreso, que se celebrará esta semana con la notable ausencia de siete ministros. Entre las ausencias más destacadas se encuentran las de María Jesús Montero y la ministra portavoz, Pilar Alegría.

Precisamente, Alegría compartió un almuerzo con Salazar en noviembre, lo que ha alimentado las sospechas sobre el conocimiento previo del asunto en el entorno presidencial. A pesar de ello, Pedro Sánchez proclama haber cortado toda relación con su ex alto cargo en cuanto se enteró “por la prensa”, afirmando que con él tampoco tuvo sospechas previas.