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El escaño del PP en Vizcaya convierte a Sánchez en rehén de Bildu y los nacionalistas

Tras el baile de escaños en favor del PP, el equilibrio del Congreso se ha alterado, hasta depender por completo de la formación liderada por Otegi

El escaño del PP en Vizcaya convierte a Sánchez en rehén de Bildu y los nacionalistas

 

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Redactor de COPE.es

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 14 nov 2019

La noticia del día es sin duda el escaño que Bea Fanjul, del PP, ha recuperado para su partido en detrimento del Partido Nacionalista Vasco. Un simple escaño que sube a su partido hasta los 89 asientos en el Congreso, un simple escaño que da representación al centro-derecha en una comunidad dominada por el nacionalismo, un simple escaño que puede cambiarlo todo.

Las cuentas de Sánchez para ser investido

En realidad el escenario no es nuevo. Echando cuentas, tenemos un bloque a favor de la investidura de Sánchez, en la que se encuentran el mismo PSOE (120), Unidas Podemos y sus derivados (35). Esto hace un total de 155 escaños formado por el bloque del preacuerdo para el pregobierno de coalición.

Sánchez es buen conocedor de cómo funcionan las investiduras, no en vano será su tercer intento de ser investido presidente. Esta vez contará con el apoyo de los morados, pero esto no le basta. Tras una primera votación en la que se necesitaría una mayoría absoluta de 176 diputados, que no conseguirá, pasaremos a una segunda votación. En esta ocasión, Sánchez necesitará una mayoría simple, o lo que es lo mismo, más votos a favor que en contra. Entramos en el juego de las abstenciones.

Echemos las cuentas: 155 escaños de PSOE y Unidas Podemos a favor. A la vista de las posiciones marcadas en campaña, podrían recabar el apoyo del diputado de PRC, que ya firmó un acuerdo con Sánchez en mayo; de los tres representantes de Más País y Compromís, salvo que Errejón diga lo contrario; de los nacionalistas del PNV, que no han ocultado su disposición a negociar y ahora se encuentran mermados al contar con 6 asientos; del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que ya fue socio del PSOE en 2016; y del de Teruel Existe, que quiere facilitar la gobernabilidad. Es decir: 167 votos a favor de Sánchez presidente.

En contra del socialista tenemos al PP, con 89 diputados tras sumar el escaño de Bea Fanjul, los dos de Navarra Suma y a Vox, con sus 52 asientos. De momentos, Ciudadanos se encuentra (de momento) enmarcado en este bloque, tras su crítica al preacuerdo entre socialistas y morados. También podemos incluir en el 'no' a Ana Oramas que se muestra reacia a apoyar un ejecutivo con Podemos en él. Además tenemos a JxCAT, que tampoco piensa facilitar la investidura o los dos de la CUP, cuyo lema de campaña es hacer a España "ingobernable". En total Sánchez tiene 163 votos en contra.

Quedan por decantarse los diputados de ERC (13), los de Bildu (5) y el del BNG (1). Un total de 19 votos en el aire, que plantean varios escenarios.

¿Un gobierno a la navarra, en manos de Otegi?

En realidad Sánchez (y el PSOE) ya ha jugado esta partida. Hablamos, como no puede ser de otra forma, de Navarra. En el ejecutivo foral, que dirige la socialista María Chivite, se tuvo que contar con los nacionalistas de Geroa Bai y la abstención de Bildu. Esta situación es el espejo en el que Sánchez se mira, tratando de buscar la abstención, no solo de ERC, también de Bildu.

En el mejor de los casos, y tras ciertas concesiones para los nacionalistas gallegos, Sánchez puede llevarse el escaño del BNG a la abstención o al sí, pero no es suficiente. Al que necesita sin lugar a dudas, es al partido de Rufián y sus 13 escaños. Estos nunca votarán a favor y al socialista le conviene, por estética política una abstención. Pero esto sigue sin ser suficiente: 168 votos a favor (concediendo que BNG caiga del lado del 'sí'), 163 en contra y 5 abstenciones.

En este escenario, si los 5 de Bildu van a parar al 'no', nos encontramos con un empate de 168 a favor y 168 en contra. Esto no serviría para investir a Sánchez y supondría su tercer fracaso en una investidura. La conclusión es clara. El líder socialista necesita que Bildu se abstenga y le facilite ser Presidente, tal y como ocurrió en Navarra.

El partido liderado por Otegi pactó votar como Esquerra en el Congreso, pero en este nuevo escenario, en el que tendrá en su mano la Presidencia del Gobierno, habrá que ver si los de Otegi no pretenden sacar un rédito mayor. El desbloqueo de España en manos de Bildu.

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