17 de agosto de 2017, 5 menos diez de la tarde. Una furgoneta FIAT de color blanco irrumpe en la zona peatonal de Las Ramblas, llena a esa hora de turistas. Durante medio kilómetro circula haciendo eses y embiste a centenares de personas que en esos momentos pasean por Las Ramblas.

Younes Abouyaaqoub de 22 años conduce la furgoneta que arrolla a una multitud. Tras el atropello, el vehículo se detiene finalmente frente al mosaico de Joan Miró. El terrorista huye y cruza a pie por las calles del Raval hasta llegar a la zona universitaria. Allí, en el parking, se cruza con Pau Pérez, un vecino de Vilafranca. Le apuñala para robarle el coche y a partir de ese momento comienza una huída frenética que se prolonga durante 4 días.

Finalmente es abatido a tiros por la policía autonómica. Barcelona aún está bajo el shock de la tragedia de las Ramblas cuando a la una de la madrugada un tiroteo siembra de nuevo el pánico en Cambrils. 5 terroristas de la misma célula yihadista se saltan con el coche el control de los Mossos y se llevan por delante a 4 personas y a un agente, los disparos de los Mossos provocan que vuelque el coche y después se bajan del vehículo armados con cuchillos y con falsos cinturones de explosivos.

4 terroristas son abatidos, el quinto huye por el paseo hasta que los Mossos le alcanzan y le disparan.

• Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

Los testigos de este segundo atentado en Cambrills recuerdan en COPE el pánico que se vivió aquellos minutos.

El cerebro de los atentados era el imán de Ripoll. Él creó y dirigió la célula terrorista que estaba preparando un atentado mayor que se frustró por la explosión del arsenal que tenían en la casa de Alcanar, en Tarragona.

En el juicio, el tribunal condenó a los 3 implicados juzgados aunque ninguno fue el autor material de los atentados.