El Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, trasladó a Marruecos la importancia de tener una relación "fuerte" con la Unión Europea, después de la crisis de mediados de mayo en Ceuta con la llegada masiva de migrantes.

El encuentro con el ministro de Exteriores marroquí, Naser Burita, tuvo lugar este lunes en los márgenes de la reunión de la Coalición Internacional contra Estado Islámico que reunió a sus 83 miembros en Roma.

La reunión, presidida por el ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, y el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, acogió a una veintena de ministros y recibió a nuevos miembros como la República Centroafricana, Congo, Mauritania y Yemen, que se sumarán a los 79 Estados ya presentes. Más de 40 titulares de exteriores, además del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, participaron en el encuentro.

"Trataron en general las recientes tensiones y reiteraron la importancia de una fuerte asociación estratégica entre la UE y Marruecos", han señalado fuentes europeas sobre el encuentro.

Del mismo modo, el Alto Representante y el titular de Exteriores marroquí dieron la bienvenida a la cooperación en materia verde acordada entre Bruselas y Rabat.

El mismo día del encuentro entre Borrell y Burita, se anunció la intención de establecer una 'asociación verde', una maniobra que se enmarca en la estrategia comunitaria de tejer alianzas con socios internacionales en la lucha contra el cambio climático y avanzar en la transición energética, proteger el medio ambiente e impulsar la economía verde.

Detrás de la crisis migratoria vivida en Ceuta durante las jornadas del 17 y 18 de mayo en la que más de 10.000 personas entraron ilegalmente a la ciudad por el espigón fronterizo con Marruecos, están las tiranteces entre España y Marruecos a cuenta del trato dispensado al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que recibió tratamiento contra el coronavirus. Rabat ha venido criticando que, pese a la relación de buena vecindad que une a los dos países, no se le informara de antemano.

Después de haber estado más de 50 días ingresado en España, Brahim Gali abandonó España en un avión medicalizado, un Hawker 1000B de la compañía de aerotaxi francesa Airlec, procedente de Burdeos (Francia), en la madrugada del pasado 2 de junio en un avión civil desde el aeropuerto de Pamplona después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz descartara imponerle medidas cautelares.

Ghali declaró ante la Audiencia Nacional de forma telemáticaestá el pasado 1 de junio por una querella que interpuso el activista español de origen saharaui Fadel Mihdi Breica por delitos de lesa humanidad, detención ilegal y torturas cometidos supuestamente en 2019 en los campamentos polisarios de Tinduf (Argelia), y para notificarle además la reapertura de otra investigación contra él por presunto genocidio, impulsada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadeh) en 2008.