El Partido Popular ha introducido este lunes una nueva variable en el mundo de las presiones veraniegas para alcanzar un gobierno. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha planteado la posibilidad de que el PSOE presente a otro candidato que no fuera Pedro Sánchez a una nueva investidura para que sea respaldado “por sus socios naturales”- es decir por Podemos - pero, según fuentes del PP, de ninguna manera esto supondría que el Partido Popular vaya a variar su voto negativo a los socialistas que, después de lo visto “a lo largo de toda España, y especialmente en Navarra, Badalona y la Diputación de Barcelona,” han demostrado “que no son de fiar”.

El número dos del PP plantea esta hipótesis porque el causante del bloqueo político es Pedro Sánchez, que no es capaz de articular una mayoría en torno a su persona. Pero García Egea ha apuntado también de nuevo la posibilidad de que el Rey encargue la formación de Gobierno a un candidato “constitucionalista”; es decir a Pablo Casado, y que sean los socialistas los que se abstengan. Aunque desde la calle Génova son en realidad bastante reacios a dar el paso, porque son conscientes de su debilidad parlamentaria y saben que Ciudadanos no estaría por la labor.

Se da la paradoja, eso sí, de que en enero de 2016, poco después de que Mariano Rajoy declinara por falta de apoyos la petición del Rey de someterse a la investidura, Albert Rivera exigió al entonces líder del PP que se apartara, una petición que Rajoy declinó con el argumento de que ni era bueno para España ni era bueno para su partido. Y a este argumento se puede aferrar el propio Sánchez para negar esta solicitud a los populares.