La pandemia parece haber sido la principal causa para que la participación electoral haya caído a mínimos históricos este 14 de febrero en Cataluña. Tal y como ha informado el conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat, Bernat Solé, a última hora de este domingo desde el Parlament, solo el 53,56% de los votantes ha salido a votar.

El miedo a contagiarse ha hecho que gran parte del electorado llamado a las urnas, en total 5.624.044 catalanes, ha hecho que muchos no hayan querido arriesgarse a depositar su voto.

Desde el primer momento se intuía que la participación iba a ser baja. Desde la apertura de los colegios electorales, en todo momento este dato ha ido detrás de los últimos comicios de 2017, donde se registró la máxima participación, en los que ha estado hasta veinte puntos por debajo.

La participación más baja se había alcanzado en 1992

Este dato supone el dato de participación más bajo desde 1980, cuando se celebran las primeras elecciones democráticas en Cataluña, Hasta ahora el dato más bajo que se había registrado en 1992 cuando tan solo alcanzó el 54,87% del electorado. Esa gran abstención coincidió precisamente con la cuarta mayoría absoluta del líder independentista Jordi Pujol. En otras citas electorales, los varemos en los que se ha movido siempre la participación había oscilado entre el 50 y 60 por cierto.

Solo en los años 2015 y 2017 se había superado esta cifra, en los que se ha registrado un 77,46% y un 79,09% de participación respectivamente. En 2017 la provincia de Barcelona fue la que más acudió a las urnas. Detrás estuvieron Lleida, Tarragona y Girona. Ciudadanos fue la formación que más apoyos obtuvo en Barcelona y Tarragona, mientras que en Girona y Lleida fue Junts per Cataluña.