El precio de los alimentos del campo a casa llega a multiplicarse ya por cinco. En el caso de los productos agrícolas la diferencia es de 5,5 veces mientras que en la ganadería es de 3,5 veces. Hay ejemplos especialmente llamativos como el de la patata, que el agricultor está vendiendo en algunos casos a diez céntimos el kilo y el consumidor lo paga finalmente a un 1,20, lo que supone casi un 1000% más. O el limón, que se está vendiendo a 25 céntimos el kilo y nos llega a casa a unos 2 euros el kilo, un 700% más. En las carnes destaca el cerdo, con una diferencia entre las granjas y los supermercados del 388% o la ternera, con un incremento del 339%

¿Por qué pasa esto? Desde COAG, la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos, explican a COPE que hay varios factores. Uno de ellos, es que la pandemia ha encarecido los costes del transporte, la distribución y también en los supermercados, por tener que implementar las medidas de seguridad de trabajadores y consumidores.

También se ha terminado el año con excedentes por la maduración temprana de algunos cultivos, pero además está el cierre del canal Horeca, de la hostelería, por las restricciones a las que obliga la evolución de la pandemia, y esto lleva, por ejemplo, en el caso de la patata, a tener que tirar los precios. Es lo que cuenta Alberto Duque, productor de patata en Valladolid y responsable del sector a nivel nacional en Coag: "Nos sentimos obligados a tener que vender más barato de lo que quisiéramos porque hay mucha oferta, es un producto muy perecedero que tiene la vida muy corta: o lo vendes o lo tiras”.

En muchos casos, al menos en el de la patata, nos cuenta Alberto que no se cubren ni tan siquiera los costes de producción porque para ello, como mínimo, el producto debería venderse a 20 céntimos el kilo. La única solución para reducir el margen, asegura Alberto, es que se tengan más en cuenta los costes que asumen los productores.