Nissan ha comunicado oficialmente este jueves el cierre de sus plantas en Barcelona, una decisión que, de consumarse, supondrá el tercer cierre de una fábrica de ensamblaje de automóviles en España desde la implantación de esta industria en el país, entre los años 60 y 70 del siglo pasado.

La clausura de Nissan Barcelona, que afecta a las instalaciones que la marca japonesa tiene en la Zona Franca (fábrica de furgonetas), Montcada i Reixac (ejes) y Sant Andreu de la Barca (suspensiones y bastidores), se sumará a las llevados a cabo por Santana (Suzuki) en Linares (Jaén), en 2011, y Mercedes-Benz en Barcelona, en 2007.

Según fuentes del sector consultadas por Efe, el anuncio de Nissan eleva el temor a que otras marcas con fábricas en España adopten medidas similares, en un contexto en el que la crisis del coronavirus ha agudizado los problemas de exceso de capacidad productiva que presenta el sector a nivel mundial por el cambio de paradigma en la movilidad.

"Que cierre un planta da pistas a todos los demás y en España hay que tener en cuenta que no hay ninguna casa matriz de fabricantes automovilísticos", han advertido las mismas fuentes, que han señalado que aunque las fábricas españolas son "muy competitivas" e hicieron bien los deberes durante la crisis financiera, el país, noveno fabricante mundial y segundo de Europa, debe dar señales al sector.

En su opinión, para mantener la industria de la automoción y hacer frente a "órdagos" como el lanzado por Francia, que ha anunciado 8.000 millones de ayudas para atraer la fabricación de vehículos eléctricos, España debería anunciar un plan para ganar eficiencia y competitividad y atraer inversión.

"España se tiene que poner en marcha y replantearse su estrategia", han subrayado las mimas fuentes, que han recordado que actualmente el sector del motor aporta el 10 % del producto interior bruto (PIB) español y el 9 % del empleo, y que la industria en general ha ido perdiendo peso en España en los últimos diez o quince años.

Han advertido de que, además, la relocalización de producción en otros países tendría un efecto arrastre sobre la potente industria del componente de España, encabezada por grupos como Gestamp o Antolin, que podrían optar por irse allí donde se fabriquen los automóviles.

"Si Macron -presidente de Francia- ha anunciado ayudas, Merkel -presidenta de Alemania- no se va a quedar atrás. Además, Italia ha anunciado ayudas para todo el grupo Fiat por valor de 7.500 millones de euros", han advertido.

Tras el cierre de la planta de ensamblaje de Nissan en Barcelona, quedarán once plantas de montaje de vehículos en España: dos de Renault (Valladolid y Palencia), una de Seat (Barcelona) y otra de su grupo Volkswagen (Pamplona), tres del grupo PSA (Vigo, Madrid y Zaragoza), dos de Iveco (Madrid y Valladolid), una de Ford (Valencia) y otra de Mercedes-Benz (Vitoria).

Además, estas marcas fabrican componentes, como motores, cajas de cambio o piezas de recambio, en plantas repartidas por Barcelona (Seat), Valladolid y Sevilla (Renault), Ávila (Nissan) y Cantabria (Nissan y Mercedes-Benz).

El sector lleva tiempo reclamando al Gobierno un plan para garantizar su futuro con medidas a corto plazo sobre la demanda, con ayudas directas a la compra para animar las ventas y lograr así un mercado interior fuerte; y a medio y largo plazo sobre la oferta, con el fin de atraer fabricación a España de vehículos alternativos. EFE