Los inversores, sin embargo, empiezan a considerar más que suficientes los duros ajustes sufridos en las últimas sesiones. A este cambio de perspectiva ha contribuido el crecimiento por encima de lo previsto de los pedidos industriales en Alemania en junio, aunque las autoridades alemanas reconocen que el sector industrial todavía no está cerca de conseguir el punto de inflexión a la tendencia bajista. 

La mayor estabilidad del yuan y la recuperación de Wall Street en la apertura tras sufrir ayer la mayor caída del año, aunque escasa también ha ayudado a generar mejores sensaciones en los mercados financieros. Por su parte, el primer ministro británico Boris Johnson ha asegurado que sigue dispuesto a negociar el brexit con la UE, lo cual también contribuiría a rebajar tensiones.  

Aunque todavía es pronto para ver el vaso medio lleno, todo ello ha permitido al Ibex 35 operar durante buena parte de la mañana en números verdes. No obstante, la presión sobre los grandes valores ha terminado por imponer de nuevo los números rojos. El selectivo ha caído hoy un 0,89 por ciento para cerrar ligeramente por debajo de los 8.700 puntos, lastrado especialmente por la recaída del sector bancario. 

La peor parte se la ha llevado esta vez Meliá Hotels con un recorte del 4 por ciento. Los accionistas de la cadena hotelera temen que la desaceleración económica afecta la demanda de camas u reduzca las pernoctaciones de modo global, contrarrestando así las impresionantes cifras de turismo en España. También cabe destacar el duro correctivo del 1,9 por ciento sufrido por Telefónica. 

En esta situación caótica, los inversores están optando por la liquidez o por otros activos refugio tradicionales como el oro o la renta fija. No obstante, también se siguen observando compras selectivas en la renta variable, especialmente en un sector defensivo como las energías renovables. Entre los valores ligados a este sector, hoy ha destacado Siemens Gamesa con un alza del 3,2 por ciento tras recibir una mejora de recomendación a comprar por parte de Goldman Sachs. 

El mercado de divisas, por su parte, ha recuperado cierta calma después de la agitación vivida ayer tras la brusca depreciación del yuan. La moneda china se ha estabilizado, pero las autoridades norteamericanas siguen acusando al país asiático de manipulador y estudias posibles contramedidas como una mayor flexibilización de la política monetaria por parte de la Fed. Loa analistas dicen ahora que existe un 75 por ciento de probabilidades de un nuevo recorte de tipos en septiembre. El euro se ha mantenido así firme a cerca de 1,12 dólares. 

Atención también al mercado petrolífero donde se está produciendo un tira y afloja entre la caída de precios por el temor a una caída de la demanda por la desaceleración económica derivada de la tensión comercial y el empuje al alza de los precios que genera la escalada de tensión en el Golfo Pérsico. De momento, la cotización del barril de Brent se mantiene por debajo de los 60 dólares, su nivel más bajo desde finales de enero.